Biblioteca de Asturias, Red de Bibliotecas Municipales de Oviedo,Mieres, Grado… un buen número de bibliotecas asturianas ofrecen esta actividad, cuya aceptación ha llegado a ser sorprendente. Impartidos por escritores como Fernando Menéndez, Chús Fernández,Pablo Rodríguez Medina o Benigno Delmiro Coto, las plazas ofertadas se cubren con rapidez.
Si entendemos y asumimos la didáctica de la literatura a través de su vertiente más desmitificadora, si la aceptamos como un medio para llegar a una experiencia de la literatura más vital que académica, más lúdica que científica, el papel dinamizador de un taller literario es, en este sentido, esencial.
¿Qué es un taller literario?
Quizás la respuesta más ajustada y aclaratoria pasaría por recordar la afortunada frase del escritor Luis Landero: “la literatura no se enseña, se contagia”. Así que, según esta idea, un taller literario es un espacio, un lugar donde se contagia literatura. Para que el contagio se extienda es muy importante la puesta en común de pareceres y sensibilidades. Paradójicamente, los talleres son un lugar de encuentro cuando, sin embargo la escritura y la literatura son acciones radicalmente individuales. ¿Cómo se concibe esto? El trabajo de un taller va precisamente encaminado a estimular y reforzar esas escrituras y lectura individuales y no a solaparlas. Uno de los objetivos es que, gracias al taller, sea más fácil para cada participante construir su propia historia o biografía literaria. La puesta en común de tales historias o biografías es uno de los aspectos más enriquecedores de la actividad de un taller. Pero, ¿cómo se consigue ese contagio del que hablaba Landero?
Básicamente, a partir de propuestas de escritura y de lectura que subrayen los aspectos más lúdicos y abiertos dela literatura. Desdelo lúdico también se puede definir la naturaleza de un taller, pues este cariz lúdico en libros y escritores es uno de los aspectos que más facilita la recuperación del gusto por lo literario.
Fisonomía de un taller literario
Al hablar de un taller literario nos referimos a un lugar propicio parala tolerancia. Toleranciacon la diversidad de voces y expresiones de la escritura y tolerancia entre sus participantes, ya que se mezclan y relacionan edades y biografía muy dispares. Sin embargo, esa disparidad favorece el enriquecimiento y respeto mutuos. Las únicas condiciones exigibles al participante de un taller son que tenga más de dieciséis años (por establecer un mínimo necesario), e interés porla literatura. Nose precisan más requisitos. La fórmula que consiga propuestas interesantes para un grupo tan heterogéneo queda a expensas del trabajo y pericia del animador/a. El número de personas que conformen el grupo de trabajo no ha de ser menos de cuatro ni más de quince (como términos ideales). El tiempo de duración: entre hora y media y dos horas.La periodicidad. Unasesión semanal o quincenal (aunque este aspecto está más en función de la configuración de calendarios).
Una vez establecidas estas condiciones, el animador/a propondrá dinámicas sencillas y divertidas de escritura que faciliten el acercamiento al tema que se pretende tratar. Sí, por ejemplo, en una sesión queremos trabajar sobre el papel del narrador en un relato, una propuesta sencilla, divertida y clarificadora puede ser probar a imaginar cómo sería el cuento de “Caperucita Roja” si fuese contado por el lobo.
La lectura de textos que ejemplifiquen cualquier tema que se esté tratando es muy importante, ya que el concepto que se manejará del lector en un taller está muy relacionado con la Estética de la Recepción, que concibe al lector como un creador, ya que al leer reconstruimos lo que leemos, creamos la “película”, visualizamos en nuestra cabeza, recreamos; inventamos, en definitiva.
Lo que en última instancia busca un taller literario es demostrar y reafirmar la idea de que todos somos “animales literarios”, es decir, todos vivimos contando relatos, creándolos; y nosotros mismos y nuestras vidas son relatos que contar por los demás. También es muy importante, como objetivo muy general, fomentar un receptor, un lector responsable, activo.
El coordinador
Capacidad de escuchar y de crear buen ambiente. Experiencia en el ámbito literario desde su lado más creativo. El coordinador es un canal de transmisión, un mediador entre la literatura y los participantes del taller. Su trabajo principal radica en hacer posible una vivencia de la literatura y ofrecerla como algo que forma parte de nuestra vida y que se caracteriza por su diversidad y multitud de expresiones. También es importante ser capaz de estimular entusiasmos y despertar actitudes dormidas. Para esto último son necesarios variedad de recursos, imaginación y mucha flexibilidad.
Objetivos de un taller literario
- Disfrutar escribiendo. Disfrutar leyendo.
- Lograr para la literatura un lugar de importancia en cada persona y en la sociedad.
- Multiplicar entusiasmos.
- Fomentar vocaciones.
- Descubrir escritores.
- Conocer la anatomía de un texto literario.
- Conocer todos los “órganos” de un texto literario.
- Valorar la corrección y la reescritura como algo creativo.
- Crear ambientes y atmósferas para lo literario.
- Compartir experiencias individuales. Aprender de cada una de ellas.
- Favorecer la interdisciplinariedad: relacionar la escritura con el cine, la pintura, la música, el cómic.
- Mejorar nuestra calidad de vida escribiendo. Mejorar nuestra calidad de vida leyendo.
- Complicarnos la vida.
(Publicado en Biblioasturias08)