A la escritora gijonesa Beatriz Rato no le han faltado agallas para abordar en su nueva novela un tema tan complejo y delicado como el del acoso escolar y la crueldad que en ocasiones muestra la adolescencia. Tras alcanzar un importante éxito con su reciente Juzgue usted. Anécdotas Judiciales en España (La Cruz de Grado, 2012) y publicar ya una decena de libros, con distintas editoriales y de distintos géneros, Beatriz Rato nos ofrece en Diario de un Acoso (Popum Books, 2013) un relato sensible y realista, escrito a modo de historia dentro de una historia, donde se va narrando el estremecedor día a día de Ángela, que sufre el acoso de su mejor amiga durante el curso escolar. Una novela que expone el martirio que viven algunos jóvenes y que no se atreven a contar, desencadenando en la mayoría de casos en tragedia. Un libro que muestra a través de la protagonista y su familia los pasos a seguir en los protocolos de actuación para alcanzar un final feliz. Un relato emocionante y emotivo que muestra también, en su segunda trama, los conflictos éticos en torno al mundo de los premios literarios.
¿Cómo surge la idea de hablar sobre el acoso escolar?
La idea surgió hace tiempo tras conocer casos cercanos de situaciones de conflicto entre niñas o niños y ver cómo les dolía y afectaba. Me pareció interesante profundizar en el tema, que conlleva un gran sufrimiento y alteración de la vida familiar en muchos casos, y comencé a informarme acerca de él, a leer artículos, informes, historias… un trabajo de investigación en toda regla.
¿En que se basó para escribir la novela?
La mayor parte de los hechos que se relatan son verídicos, sucedidos experimentados por jóvenes cercanos a mí y que me los narraron en primera persona, bien ellos o sus familias. Me pareció interesante ponerme en la piel de una joven y expresar lo que muchas veces permanece en su interior para siempre y que incluso no lo aprecian ni sus seres más cercanos, ya que en ocasiones originan conflictos internos que los adolescentes no dan a conocer, aunque les “maten” por dentro.
¿Fue difícil que algún editor apostara por la novela?
Como ocurre con frecuencia en esta época de cambios en formatos literarios, recortes, bajada de ventas… crisis, en general, la novela estuvo a punto de ser editada en varias ocasiones y por una cuestión puramente económica su publicación se frenó. Más tarde, tras un tiempo sin “moverla” en ambientes editoriales, la ofrecí a la Editorial Popum Books y confió en ella desde el primer momento. Las cosas vinieron rodadas, hacen que todo sea muy sencillo y al final todo se ha ido desarrollando muy deprisa, ya que hay ocasiones que aceptan la obra pero puedes estar esperando un año a su publicación. Yo tenía gran confianza en el manuscrito, pues todos sus lectores y las editoriales que se interesaron por él en su momento tenían un buen concepto de la historia y decían sentirse atrapados e impresionados por el relato. Por ello confié en sus posibilidades e insistí en ofrecerla a Popum Books. ¡Fue un acierto, como puede verse!
La mayor parte de los hechos que se relatan son verídicos, sucedidos experimentados por jóvenes cercanos a mí”
¿Cree que es un tema delicado de abordar en prensa?
Pienso que es un tema del que debería hablarse y que merece atención e incluso debate social. Lo que ocurre en la mente de una persona adolescente puede condicionar su futuro, y en ocasiones no debemos restar trascendencia a ciertos hechos por considerarlos “cosas de niños” o pasajeros. Mi novela es un humilde relato, sin más, pero no estaría mal que en los medios de comunicación estuviera presente este espinoso tema y se le diera el tratamiento que merece.
Yo no soy quien para opinar o sentar cátedra, pero los especialistas y conocedores del “bulling” o acoso escolar tienen mucho que decir, y convendría escucharlos, por encima de casos concretos o noticias sensacionalistas o morbosas. Más que informar con cierta frecuencia y que mostrar realidades y noticias concretas, lo que pienso que sería conveniente sería legislar o reglamentar específicamente para que no hubiera duda acerca de qué hacer en estos casos y conseguir, igualmente, que cuando sucede algo así no miremos para otro lado, ni los padres, ni los educadores, ni la Administración, ni siquiera los niños que conviven con acosadores o acosados…
La lectura del libro nos ofrece un choque con una realidad desconocida…
Pues sí. La mayoría de lo que se relata en el Diario propiamente dicho son acontecimientos reales, aunque parezcan retorcidos o exagerados. Son experiencias vividas por personas como la protagonista, jóvenes y sensibles, que no entienden el porqué del trato que se les está dando y que sufren enormemente por ello, provocándoles incluso grandes problemas como desórdenes alimentarios, psicológicos, fracaso escolar, alteraciones del comportamiento y el sueño… Tienen muchas consecuencias no siempre pasajeras. Es un libro para una persona que sufre estos problemas, como para sus familiares.
¿Es duro hablar con familias que han sufrido este tipo de problemas? ¿No la miraban raro durante el proceso de investigación?
Mirar raro, no. Si escuchas con respeto e interés, sin morbo, sin intención de crítica, con comprensión y con el corazón, para las familias es una liberación poder hablar del tema. No es tan fácil que le escuchen a uno en estos casos, o, al menos, no es fácil encontrar quien escuche con completo interés y sin segundas intenciones.
Usted es una escritora con varios títulos en el mercado, ¿qué le llevó a tratar este tema e investigarlo profundamente?
Pues me llevó a acercarme al tema el interés que suscitó en mí. Los cambios de comportamiento, de relación que se producen, entre otros, en un o una adolescente, me parecen interesantes para analizar. Siempre fue de mi interés el conocimiento de la psicología humana, de los comportamientos sociales y la relación entre iguales… Me gusta leer e informarme acerca de temas de este tipo, y, desde luego, en cuanto vi que podía ser de interés para los lectores, me animé a profundizar en una historia íntima relatada en primera persona y que quería que fuera sensible.
Su libro podrá comprarse por varios canales, tanto en papel como en formato digital. Gracias al ebook su obra estará además de España en otros países como Argentina, Colombia, Mexico o Reino Unido por citar algunos. ¿Mucho ha confiado en usted la editorial Popum Books ?
¡Pues sí! Todos en la editorial me han tratado genial, incluso Pablo, el ilustrador estaba muy volcado y prueba de ello es que captó perfectamente la esencia de la historia con la cubierta. Me sorprendió que todos habían leído el libro y entre reunión y reunión siempre había sugerencias para mejorar. Le agradezco muchísimo a Javier Granda, su director, su apuesta incondicional por mí y por la obra que ha sido muy fuerte en los tiempos que corren.
¿Qué cree que puede aportar la obra al mundo editorial?
Desde el punto de vista de aportar algo nuevo, me parece muy pretencioso considerar que sí puedo aportar algo a un mundo tan repleto de publicaciones, personas inteligentes, grandes escritores con muchas cosas que decir y sabiendo hacerlo de un modo literariamente elevado. No tengo pretensiones. Espero haber logrado expresar lo que quería con profundidad a pesar de ser el diario de una joven de trece años y haberlo hecho del modo más correcto posible desde el punto de vista literario pero, tocando, a la vez, la fibra sensible del lector, porque es un tema que merece reflexión y sentimiento a la vez. Si se comprendiera la gran carga humana que conlleva, el tema del acoso escolar dejaría de tratarse con tanta ligereza, seguramente.
La novela mezcla intriga, investigación, ficción, drama… ¿Puede comentar esta mezcla de estilos?
Se trata de dar alguna sorpresa al lector, de cambiar de registro y de, a pesar de lo árido del asunto tratado, despertar sentimientos, interrogantes, impotencia y dejando cabos sueltos que se irán atando al terminar la lectura. Es un libro que hasta la última línea te engancha.
Sin reflexión, no hay solución. Vamos demasiado deprisa en todos los aspectos, picamos aquí y allí sin detenernos lo suficiente en cada cosa, y algunas –muchas– precisan tiempo y análisis”
Como profesional de justicia y escritora, ¿cómo cree que debe reinventarse el periodismo para alertar a la sociedad sobre estos temas?
No creo que el periodismo deba reinventarse, lo que creo es que la propia rapidez que conlleva esta sociedad hace que los medios de comunicación salten de unos temas a otros con excesiva rapidez provocando que no siempre se consiga el poso, el clima de reflexión adecuado para hallar soluciones o posibles vías de salida a temas tan peliagudos como este. Es cosa de la sociedad más que del periodismo. Sin reflexión, no hay solución. Vamos demasiado deprisa en todos los aspectos, picamos aquí y allí sin detenernos lo suficiente en cada cosa, y algunas –muchas– precisan tiempo y análisis.
¿Satisfecha con el resultado final de la novela?
Me ha gustado mucho su resultado, sí, fundamentalmente el diseño que la editorial Popum Books le dio y trabaja en todos sus títulos. Es un libro bonito en sí mismo, como objeto, con detalles que se nota que está muy cuidado. Por otra parte, como autora, aún seguiría corrigiéndolo (risas). Creo que a todos los escritores nos sucede lo mismo, siempre encontramos detalles que expresaríamos de otra forma, frases o términos más precisos… Me gusta que todo quede perfecto cuando escribo, y esa filosofía de todo perfecto, la mantiene la propia editorial. Siento haber conseguido un resultado correcto aunque ahora son los lectores los que deben de opinar.
(2 de julio de 2013)