Bohemio

Andrés Calamaro

Bohemio

Warner Music Spain, 2013

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Según la RAE, ser bohemio se define de la siguiente forma: Se dice de la vida que se aparta de las normas y convenciones sociales, principalmente la atribuida a los artistas.  Calamaro añade en su nuevo álbum la definición de lo que significa esa vida plagada de artes y sentimientos {Bohemio es ser la sombra de encontrarle el sentido a las cosas. Es un deseo  a destiempo, también es necesidad}, y con estas ideas, Andrés Calamaro firma el retorno a su esencia, con un trabajo de madurez emocional en el que ha llegado la hora de transcribir varios caminos que ahora emergen en uno. Consigue  revitalizar la figura de su creador que se aleja de sus pasos en “On the Road” y, aunque no es “Alta Suciedad” ni “Honestidad Brutal”, sí podemos observar a un Calamaro consecuente con sus actos que intenta equilibrar su propia balanza artística. La emotiva ‘Belgrano’ abre el álbum, dedicada al recuerdo de su amigo y artista Luis Alberto Spinetta, que falleció en febrero de 2012. “Por ponerle armonía a la ciudad”,    justifica su autor.  En el segundo corte y primer single ‘Cuando no estás’, el argentino vuelve al recurso de otro “cuando”; “Cuando te conocí”, reafirmando  un regreso a los sonidos y armonías más queridas por su público.  Bajo la producción de Cachorro López, que se ocupó de  “La lengua popular” en 2007, el álbum mantiene la estabilidad a lo largo de sus 10 cortes.  Una minuciosa selección a la que estábamos ya poco acostumbrados y que vuelve a contradecir la figura de un artista que se debate a pulso con la gloria,  aunque siempre sale victorioso. De esos combates entre las dos identidades, o mil, que albergan a Calamaro, vuelve a firmar joyas como “Dentro de una canción” nacida en una noche de desvelo y que sirvió para que nacieran muchas de las canciones de “Bohemio”. La mecha que hizo explotar de nuevo las ideas de una franqueza que se agradece, el testamento de lo que supone dejarse llevar por la vida errante. La cuidada “Plástico Fino”,  divaga en el tiempo y firma dogmas de su nueva condición personal. Un guiño a Radio Futura.

“Inexplicable” podría analizar la entrega a la melancolía que tuvo Andrés durante la creación de Bohemio.  Durante esta etapa leyó a Kerouak, Henry Miller y  Ginsberg, también le sedujeron poetas folk como Atahualpa Yupanqui y José Larralde. Encargado de componer y cantar, pero no de tocar,  ha dejado todo el tema instrumental a sus músicos de confianza, atribuyéndose 9 de las 10 canciones. La última, “Doce Pasos”, que cierra el álbum con un toque folk rock la firma   Marcelo “Cuino” Scornik, autor de canciones como “Estadio Azteca” o “El Salmón”.

Cansado de innovar y de los dejes del mundo musical, Calamaro hace terapia  con canciones “escritas en el infierno para ser cantadas en el paraíso”, que se desenvuelven en tono de blues, folk y rock.  La consecuencia de sus estados bajos para una resurrección de su mito, que se mantiene como buen torero, que para eso es su pasión, con la mirada en el mundo que le ha tocado vivir, siempre  alerta. No hay espacio para la política en este trabajo, la rabia hubiera podido con el talento, y ya nos han jodido bastante. El maestro vuelve a salir por la puerta grande vestido de  luces y pocas sombras, viviendo y creciendo dentro de esas canciones que alargan su leyenda.

Sólo se que voy a vivir dentro de una canción, 
una canción va a llevarme a volar en alfombra. 
Una canción te nombra dentro de una canción, 
dentro de la propia sombra de una canción está la vida.

 

Por Chusa Sánchez en www.supernaud.com

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias