Cincoxcinco= Victoria R. Gil

La periodista y escritora Victoria R. Gil acaba de publicar La curva del olvido (Septem, 2013), una recopilación de diez relatos en los que nos ofrece todo un muestrario de relaciones de pareja, un repertorio de situaciones y dificultades bajo el denominador común de esa “curva del olvido” a la que hace mención en el título, aquella que nos habla de la velocidad con la que olvidamos, de la pérdida de retentiva, de los recuerdos, de la memoria y lo que ello puede llevar consigo: “Se me olvidó olvidarte. Ya sabes cómo soy, un día cogí el tren a Zamora para visitar a mi hermana y me bajé en León sin tener idea de por qué estaba allí”.

Los relatos, de variada extensión y temática, se van a cerrar en muchas ocasiones dejando en el aire una pregunta que el lector deberá resolver o completar, invitándonos a plantearnos si la realidad que estamos viviendo, construida en ocasiones con nuestros recuerdos, puede no ser tan real como creemos. Historias de amor y desamor; de olvidos, pero también de encuentros, narradas con el pulso y ritmo de quien domina el lenguaje periodístico y sabe macerarlo con un buen repertorio de recursos literarios. Los relatos de esta Curva del Olvido permitirán identificarse con sus personajes y gustarán especialmente a los que ya contamos una edad y unos cuantos recuerdos, sean éstos reflejo de una realidad… o no. “ -Ya no somos uno -dijo cuando me anunció que se iba-. Ni siquiera dos. Ahora somos tantos en esta casa que no queda sitio para mí.”

Victoria Rodríguez Gil (Oviedo, 1962). Periodista, ha trabajado en radio, prensa diaria y revistas, si bien la mayor parte de su actividad profesional se desarrolló en el desaparecido diario La Voz de Asturias. Ha publicado, como coautora, la biografía José Antonio Coto. Una vida dedicada a la empresa y a Asturias (Club Asturiano de la Innovación, Gijón, 2006) y la antología de relatos PervertiDos (Traspiés, 2012). Es colaboradora habitual del blog colectivo de reseñas literarias La tormenta en un vaso y mantiene su cuaderno de bitácora Fundida en negro.

 

1.  Proponga un menú literario: entrada, plato principal y postre.

Aprender a huir, de Care Santos, Nosotros, los Rivero, de Dolores Medio y Nada, de Carmen Laforet.

2.  ¿Cuál ha sido el último libro que ha sacado en préstamo de una biblioteca?

Los santos inocentes, de Miguel Delibes

3.  ¿Qué escena literaria le viene en este momento a la mente?

La protagonista de El papel pintado amarillo, de Charlotte Perkins Gilman, dando vueltas y vueltas en su habitación, buscando el modo de ser libre.

4.  ¿Se ha enamorado de algún personaje literario?

De muchos, soy muy enamoradiza cuando leo y no discrimino respecto al sexo. Por decir sólo algunos, he estado colada por Josephine March (Mujercitas), el Conde de Montecristo, Arsenio Lupin, Enrique de Lagardére, Cyrano de Bergerac y el capitán Wentworth (Persuasión).

5.  Sugiera una tríada de poetas.

Quevedo, Pedro Salinas y Federico García Lorca.

6.  ¿Cuál ha sido la (o las) Biblioteca de su vida?

La antigua biblioteca infantil y juvenil de Oviedo que estaba en la calle de San Vicente. Iba todas las semanas, al salir de clase, y sólo faltaba a esa cita cuando el bibliobús visitaba mi barrio.

7.  ¿Con qué libro despertaría el amor a la lectura en un adolescente?

Sin noticias de Gurb (Eduardo Mendoza), Por qué me comí a mi padre (Roy Lewis), Nada (Jane Teller), Farenheit 451, de Ray Bradbury, cualquiera de los libros de Gerald Durrell o de las novelas juveniles (y no tan juveniles) de Robert A. Heinlein.

8.  Cite tres novelistas a seguir por cualquier lector.

Gabriel García Márquez, Carmen Martín Gaite y Antonio Muñoz Molina.

9.  Proponga una medida a favor de la difusión de la lectura.

Lecturas públicas en cualquier lugar: bares, librerías, parques, etc… Y mercadillos de intercambio gratuito de libros entre particulares.

10.  ¿Quiénes son sus compositores o músicos favoritos?

En clásica, Haendel, Tchaikovski, la polifonía sacra y cualquier cosa de Jordi Savall. En moderna, David Bowie, Pink Floyd, Three Day Grace, Bruce Springsteen, M-Clan, Fito y los Fitipaldis… ¡Qué difícil elegir!

11. ¿Alguna lectura ha marcado especialmente su vida?

El Principito cuando era una cría, es un libro mágico que me ha acompañado toda mi vida. Después, dos obras de teatro, El concierto de San Ovidio, de Buero Vallejo, y El caballero de las espuelas de oro, de Alejandro Casona. Ambas me mostraron lo áspera que puede llegar a ser la vida y el alto coste de la coherencia.

12. ¿A qué autor rescataría del olvido?

A Berta de Suttner, premio Nobel de la Paz y autora de una novela inolvidable ¡Abajo las armas! Y aquí, en Asturias, a Fernando Poblet, su novela Tú serás Bauadelaire es una lectura que nadie debería perderse.

13.  Seguro que podría recomendarnos la visión de al menos tres películas.

¿Sólo tres? ¡Eso es sadismo! Bueno, por decir tres de este siglo, porque del pasado, la lista sería interminable: Hierro 3, ¿Qué hacemos con Maisie? y Quiéreme si te atreves

14. ¿Qué poema interpreta sus sentimientos?

Tan alta de esforzarse,

que ya se está cayendo,

doblada como un héroe,

sobre su hazaña inútil.

Que ya se está muriendo

consumida, deshecha

en el aire, perfecta

combustión de su ser.

Y no dejará humo,

ni cadáver, ni pena

-memoria de haber sido-

Y nadie la sabrá,

nadie, porque ella sola

supo de sí. Y ha muerto.

De La voz a ti debida, de Pedro Salinas

15. ¿Cuáles son sus nombres favoritos?

Inés, Jimena, Alberto, Miguel, David…

16. ¿A qué lugar salido de la imaginación de un autor le gustaría trasladarse?

A Avalón, Camelot, el bosque de Brocelandia… El mundo artúrico siempre me ha fascinado.

17. Sus artistas más admirados son…

Cualquiera que me haga sentir que, tras conocer su obra, no soy la misma persona. Por citar uno, el pintor Juan Falcón.

18.  El último libro que ha comprado ha sido…

Limónov, de Emmanuel Carrère.

19. ¿Puede el e-book reemplazar al formato clásico?

No tiene por qué. Creo que ambos formatos no son excluyentes, cada uno tiene su momento y su lector. De hecho, lo habitual es compaginar ambas formas de lectura. Cuando un libro forma parte de tu vida, necesitas tenerlo en papel, en tu biblioteca. Y, por cierto, ¿cómo se dedica un libro digital?

20. ¿Podría decirnos cómo ordena su biblioteca personal?

Por géneros y estos, a su vez, por orden alfabético.

Admiro a cualquier persona capaz de sobrevivir en este mundo nuestro sin traicionarse a sí misma

21. ¿Dónde desearía vivir?

En un pueblecito pequeño, costero, próximo a una gran ciudad.

22. ¿A qué persona viva admira?

A cualquiera capaz de sobrevivir en este mundo nuestro sin traicionarse a sí misma.

23.  A su juicio ¿cuál es la mejor obra literaria adaptada por el cine?

Una de las mejores, al menos, Muerte en Venecia, de Visconti, de la novela de Thomas Mann.

24. ¿Qué está leyendo actualmente?

Dejar las cosas en sus días, de Laura Castañón.

25. ¿Para qué sirve la lectura?

Para vivir más, mejor, siempre.

 

La curva del olvido

Victoria R. Gil

Septem

90 págs.

///

La ciencia ha reducido la memoria a la fórmula R = e {− t / S}, que define la curva del olvido por la relación matemática que existe entre la intensidad de un recuerdo y el tiempo transcurrido. Para los protagonistas de este libro, las cosas no son tan simples. ¿Se puede recordar el futuro? ¿Guardamos memoria de lo que no ha ocurrido? ¿Elegimos lo que se evoca? ¿Duelen los recuerdos, aunque sean ajenos? Los diez cuentos reunidos en La curva del olvido plantean preguntas tan inquietantes como éstas, pero no todas las respuestas se diluyen en una solución de ochenta gramos de memoria por cada veinte de olvido. Las ecuaciones no ayudan a sobrevivir al pasado, aún menos al futuro. Para lograrlo es necesario, a veces, renunciar a la memoria y a la cordura. Y la salvación no siempre está garantizada.

 

(20 de febrero de 2014)

 

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias