Se presenta como una novela de aventuras, trágica y emocionante, que combina el exotismo nipón con pinceladas de Dumas, Walter Scott o Dickens. Pero 47 ronin va más allá de todo ello. Convertida en leyenda nacional japonesa que condensa los valores que han dado forma a la figura del samurái, es la mejor carta de presentación de la cultura de este país y de una editorial, la asturiana Satori, que, con un amplio, especializado y cuidado catálogo, se ha convertido en un referente a nivel nacional.
Dedicados íntegramente a Japón, con el fin de dar a conocer la fascinante cultura japonesa al mundo hispano- hablante a través de obras publicadas por autores de reconocido prestigio, tanto occidentales como japoneses, Satori Ediciones nació con la intención de “cubrir el vacío bibliográfico que existe en lengua española con respecto a la cultura nipona; es por ello que nos dedicamos en exclusiva a la publicación de obras de temática japonesa. Intentamos abarcar los más diversos campos de estudio desde la historia, hasta la literatura, pasando por las más peculiares formas de expresión artística, como el teatro kabuki o el ukiyo-e o el mundo filosófico del zen, el sintoísmo y el budismo… porque creemos que éste es el mejor modo de penetrar en una cultura tan lejana pero, al mismo tiempo, tan cercana”. Así, Satori que significa “Iluminación”, aporta más luz con una nueva publicación que llega de la mano del escritor Jesús Palacios (Madrid, 1964).
Escritor y crítico de cine, Palacios cuenta con una dilatada trayectoria en la que destacan publicaciones como Goremanía, Satán en Hollywood. Una historia mágica del cine o Psychokillers, entre otras. Colaborador de revistas como Fotogramas, Qué Leer, El Cultural, El Mundo o La Razón; de festivales como el Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, la Semana Negra de Gijón, el Festival de Cine de Sitges, el Festival Internacional de Cine de Gijón, o la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián; es conocido también por su trabajo como guionista para el programa Inferno 13 de la cadena Calle 13.
Coincidiendo con la salida de este completo volumen sobre los 47 ronin del que es responsable, y aprovechando que el próximo lunes día 7 de julio a las 19:15horas, en la carpa que Biblioasturias.com tendrá en la Semana Negra de Gijón, estará presente junto a Mario Bango para presentar a Satori Ediciones, charlamos con él de una obra cuya sinopsis adelanta: “47 ronin es la crónica magistral de la gesta más célebre de la historia japonesa, un episodio que ha conformado la peculiar identidad del País del Sol Naciente generación tras generación. Un relato épico apasionante, emotivo e inolvidable donde la lealtad, el honor y la muerte dan vida al espíritu del samurái”.
47 ronin es la crónica magistral de la gesta más célebre de la historia japonesa
Jesús, la historia de los 47 ronin es un relato histórico contrastado que ejemplifica los valores de la cultura nipona. Nos remontamos al año 1701. Háblanos de esos 47 samuráis sin amo…
Efectivamente, la leyenda de los 47 ronin tiene una base real, perfectamente comprobable y registrada históricamente. Los hechos comenzaron cuando en 1701 el señor Asano Naganori fue condenado a muerte, por medio del seppuku o hara-kiri, a causa de una rencilla con uno de los funcionarios favoritos del Shogun o gobernador del Japón, el señor Kira Kozuke-no-Suke Yoshinaka. Su ejecución dejaba también sus tierras confiscadas en manos del gobierno y en la calle a todos sus servidores y samuráis. Así es como estos se convirtieron en ronin, hombres-ola, es decir, samuráis sin amo a quien servir. Ante lo que consideraba una injusticia y un abuso de poder, un grupo de estos antiguos samuráis al servicio de Asano se confabularon para llevar a cabo su venganza. Lo más llamativo es que, para ello, tuvieron que mantener en secreto su objetivo durante casi dos años, malviviendo sin trabajo, errando por el país y haciendo creer a las autoridades y al señor Kira que no tenían ninguna intención de tomarse la justicia por su mano. Esto es especialmente notable en el caso del líder de la conspiración, el caballero Oishi Kuranosuke, que había sido mano derecha de Asano, y quien fingió convertirse en alcohólico y mujeriego, abandonando a su mujer e hijos, para apartar cualquier sospecha de sus verdaderas intenciones. Así fue como, veintidós meses después, en el invierno de 1703, los ronin conjurados, en número de 47, asaltaron de madrugada la mansión de Kira, en el propio Edo (actual Tokio), enfrentándose a sus más de doscientos defensores, para ejecutar al antiguo funcionario y llevar su cabeza ante la tumba misma del señor Asano, en el templo de Sengakuji, también en Edo. Naturalmente, aunque se sabían apoyados popularmente, los 47 ronin sabían también que serían condenados al seppuku por rebelión, como así fue. Solo el más joven fue perdonado personalmente por el Shogun, y los demás se hicieron el hara-kiri, siendo enterrados frente a la tumba de su antiguo amo. El lugar se ha convertido en centro de peregrinación y los 47 samuráis o ronin son el ejemplo por antonomasia del heroísmo, el sacrificio, la nobleza y la fidelidad japoneses.
Esta hazaña legendaria rápidamente tuvo su representación artística por la simpatía que la opinión popular tuvo de inmediato ante estos héroes. Como experto y buen conocedor de la materia, señálanos y recomiéndanos alguna de las más de doscientas películas, los poemas, novelas, libros de Historia, mangas, series de televisión u obras de teatro kabuki que se narran este suceso épico.
En efecto, a los pocos meses de ocurridos los hechos ya se habían adaptado al teatro bunraku o de marionetas, y en los siglos posteriores lo serían al kabuki, la tradición oral, hasta el manga y, sobre todo, el cine y la televisión. De entre todas las versiones cinematográficas que he podido ver, yo destacaría tres: la lírica Los 47 ronin del gran Mizoguchi, realizada en 1941, ya en plena Segunda Guerra Mundial, que es de una gran belleza trágica, aunque sin apenas acción y centrada sobre todo en el drama psicológico de los personajes; quizá la más canónica sea 47 ronin, dirigida por Hiroshi Inagaki en 1962. Inagaki fue uno de los grandes directores de cine samurái, con una trilogía sobre Miyamoto Mushashi que es muy famosa, y en su versión hay un poco de todo: romance, intriga, tragedia y, finalmente, acción. Mi favorita, personalmente, es The Fall of Ako Castle, firmada por Kinji Fukasaku en 1978. Creo que tiene el equilibrio justo entre la tragedia a lo Mizoguchi, el estilo samurái de Inagaki y la personalidad de su director, con más acción, suspense y sentido de la aventura. Pero todas están muy bien e incluso la desmitificadora 47 ronin de Kon Ichikawa, de 1994, es francamente interesante por su revisión menos heroica y más crítica de los sucesos. Eso sí, de la moderna versión de Hollywood con Keanu Reeves, mejor huir si se quiere saber algo de la verdadera esencia de la historia y leyenda japonesas.
De todos los libros dedicados a estos hombres, has querido rescatar uno en concreto por los lazos entrañables que te unían a él. ¿Cómo llegó a ti esta novela de 1880?
La historia de los leales samuráis de Ako fue traducida por vez primera al inglés en la década de 1880 por dos diplomáticos: el japonés Shihuichiro Saito y el británico Edward Greey, y se convirtió de inmediato en un best-seller, vertido a su vez a numerosos idiomas. Así, en 1912 más o menos, se editó en España, con prólogo del periodista y escritor modernista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, uno de los primeros viajeros hispanos en visitar el Japón moderno. Y esta edición, con una bella portada modernista, formaba parte de la biblioteca de mi padre desde que yo tengo memoria. Mi padre, Joaquín Palacios, ya fallecido, me inculcó entre otras muchas cosas un gran amor por la cultura japonesa, indeleblemente asociado a aquella primera lectura de esta edición de los 47 ronin. Por eso, reeditarla ahora, ha supuesto para mí también una especie de homenaje tanto a su memoria como a los libreros, editores, periodistas y escritores españoles de aquella lejana época de la bohemia y el modernismo, que fueron pioneros en la divulgación y apreciación del arte y la literatura nipones.
¿Quién fue Tamenaga Shunsui, su autor?
El libro original del que partió la versión realizada por Saito y Greey, se titula Iroha Bunko, y su autor es Tamenaga Shunshui, aunque fuera terminado, como era habitual en aquella época, por su propio hijo, también llamado Tamenaga. Shunshui fue uno de los escritores más leídos y populares de comienzos del siglo XIX en Japón. En realidad, su género habitual era el romántico y erótico, con tintes diríamos que picarescos, pero cultivó también la novela histórica, como es el caso de Iroha Bunko, y se le considera uno de los iniciadores de la literatura moderna japonesa, junto a su contemporáneo Bakin. Su estilo era mucho más asequible y sencillo que el de los refinados escritores anteriores como Saikaku, que se dirigían solo a la nobleza y aristocracia, y por eso puede decirse que con él comienza un tipo de novela más popular y contemporánea, más ajustada a los gustos de su tiempo y de las nuevas clases pujantes de mercaderes y artesanos. Eran obras publicadas por entregas, como los folletines occidentales, de mucha extensión y variedad. Por ejemplo, Iroha Bunko consta de más de cincuenta volúmenes, y en ellos la historia de los 47 ronin se entreteje con otras muchas biografías, tramas e intrigas. Tenían el mismo éxito que en Europa las obras de Dumas, Víctor Hugo, Dickens o Balzac, por poner unos ejemplos. No obstante, Shunsui tuvo muchos problemas con la férrea censura de su época, y pasó sus últimos años amargado por las multas y los juicios, falleciendo en 1844. Para Saito y Greey era un autor perfecto, ya que resultaba más asequible, convenientemente adaptado, claro, al gusto occidental.
Curiosamente, tras este libro hubo una auténtica estrategia para dar a conocer a Occidente la cultura japonesa. ¿Cómo fue su publicación en inglés y el impacto que tuvo?
Tanto Saito como Greey eran diplomáticos, y su adaptación del texto original de Shunsui obedecía también a una necesidad política de establecer vínculos culturales y de amistad entre Japón y Occidente y, sobre todo, con Estados Unidos. La obra fue publicada en 1880 en Nueva York, y recibida con entusiasmo no solo por los orientalistas y japonistas, sino por los lectores en general, que era lo que se buscaba en buena parte. La historia de los 47 ronin mostraba la mejor cara de la civilización samurái: el sacrificio, la defensa del honor y de los débiles, el desprecio de la muerte, el sentido del deber… Y el libro resultaba de agradable y fácil lectura para los seguidores de autores como Dickens, Walter Scott o Dumas, a la vez que ofrecía también una buena dosis de exotismo y fascinación muy agradecida.
Hablas del impacto que tuvo en personalidades como Theodore Roosevelt o Robert Louis Stevenson…
El caso es que entre sus muchos admiradores estuvieron pronto tanto el escritor Robert Louis Stevenson, que prefería esta versión novelada a otras más académicas y eruditas, como el propio Theodore Roosevelt, gran amante de la cultura japonesa. Se dice que se convirtió en su novela favorita, y que influyó favorablemente en la postura hacia el Japón del presidente de los Estados Unidos, a la hora de mediar en el final de la guerra ruso-japonesa, con lo que puede afirmarse que los 47 ronin siguieron sirviendo fielmente a su país incluso doscientos años después de muertos. Lo cierto es que incluso hoy día, la historia de los 47 ronin es una de las más populares dentro y fuera de Japón, y constituye un poco su equivalente a leyendas y personajes como el Rey Arturo, El Cid, Robin Hood o los héroes del Oeste americano.
La obra es reeditada ahora en castellano, en edición crítica y comentada por Satori Ediciones, una editorial asturiana de reconocido prestigio en todo el Estado. ¿Cómo surgió la posibilidad de esta publicación?
Satori es posiblemente la editorial más prestigiosa y reconocida actualmente en la publicación de libros y obras de temas y autores exclusivamente japoneses. Ha dado a conocer en excelentes traducciones a autores clásicos como Ikaku, Kyoka, Monzaemon o Rohan, entre otros muchos, además de publicar a japonistas como Lafcadio Hearn o Hadland Davis, numerosas antologías de haiku, libros de cultura y arte japoneses tan fascinantes como Japón sobrenatural de Daniel Aguilar o Héroes de la Gran Pacificación de Pilar Cabañas, entre otros muchos. En un momento dado, sus editores, que son también grandes aficionados a la literatura de género y popular, decidieron iniciar una colección que, bajo el título de Satori Ficción, diera a conocer obras y escritores japoneses de literatura fantástica, de aventuras, novela negra, erótica, novela histórica, terror, ciencia ficción, policíaco, etc. Fue así como me pidieron que escribiera un texto de acompañamiento para el primer título de esta nueva colección, En el bosque, bajo los cerezos en flor de Ango Sakaguchi, que es una auténtica obra maestra de la literatura fantástica y de horror no solo nipona sino universal. Durante la presentación de este libro en La Librería de Bolsillo de Gijón, en diciembre del año pasado, les enseñé, como curiosidad, la vieja edición de los 47 ronin de la que hablamos antes y que procedía de la biblioteca de mi padre. De ahí surgió la idea de reeditar el libro, modernizando algunos elementos, corrigiendo erratas, pero conservando todo el sabor de la traducción original y el prólogo de Gómez Carrillo. Luego, la cosa se complicó un poco…
el lector se encontrará por un lado, una novela japonesa de aventuras histórica, trágica, exótica y romántica, con pinceladas fantásticas y poéticas y, por otro, un libro complementario que traza y documenta la historia cultural de los 47 ronin
Como decíamos, se añaden una serie de textos a la edición de la novela. ¿Qué va a encontrar el lector?
Precisamente eso fue lo que complicó un tanto la edición del libro, ya que nos dimos cuenta de que publicar, simplemente, la novela de Tamenaga en su versión española no tenía sentido, si no lo hacíamos acompañándola de un cierto aparato crítico y explicativo que permitiera al lector actual disfrutarla y entenderla más y mejor, contextualizándola adecuadamente. Así fue como decidimos no solo incluir un extenso estudio firmado por mí sobre la historia de los 47 ronin y su influencia y desarrollo a través del tiempo hasta nuestros días, incluyendo cine, literatura y cómic, pero también política, historia e ideología, sino también los prólogos originales de la edición inglesa, obra de Saito y Greey, un extenso estudio sobre el hara-kiri escrito por el orientalista A. B. Mitford, que conoció Japón cuando este todavía se practicaba y lo documentó detalladamente, incorporando fotos del ritual y la descripción de una ejecución, e incluso la serie de grabados de Kuniyoshi, uno de los grandes artistas del ukiyo-e, que representa a cada uno de los heroicos 47 ronin con sus armas y atributos legendarios. Además de notas, textos adicionales de Gómez Carrillo, un listado de personajes con sus nombres traducidos al castellano, tal como figuraban en la edición original… Es decir, que el lector se encontrará con dos libros en uno. Por un lado, una novela japonesa de aventuras histórica, trágica, exótica y romántica, con pinceladas fantásticas y poéticas. Y, por otro, un libro complementario que traza y documenta la historia cultural de los 47 ronin, leyenda y realidad, y su perdurable impacto en la sociedad japonesa y mundial.
Al hablar contigo no se puede obviar tu dilatado curriculum como autor, antólogo y editor, por no citar tu trabajo en televisión o como colaborador de diversos festivales de cine. ¿Sobre qué estás trabajando en este momento?
En este instante estoy ultimando un nuevo libro sobre las películas malditas del cine fantástico: Nosferatu, La semilla del diablo, El exorcista, El Cuervo, etc. Es una mezcla de historia del cine, fenómenos paranormales, estudio cultural, cotilleo sensacionalista, crítica cinematográfica, crimen real, esoterismo y casi novela de intriga, en la línea de Satán en Hollywood… ¿Existen las películas malditas? Si cuando lean el libro conocen la respuesta, es que no he hecho bien mi trabajo.
Fotografías: Patricia Álvarez
(4 de julio de 2014)