Julio Vilches
Hoja de Lata
240 págs.
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Un espíritu libre que, en 1980, desembarcó en Sálvora (Rías Baixas), para ocupar su recién adjudicada plaza de farero. Allí le esperaban cientos de hectáreas silvestres de playas y bosques, estruendo de gaviotas y, sobre todo, una variopinta comunidad rotante de animales, amigos, amantes y trotamundos marinos dispuestos a celebrar, cada día, la maravilla de la vida.
En Sálvora, los quehaceres diarios y las muchas averías fareras se alternan con sesiones de guitarra junto a la chimenea, recogida de «mareas rubias» lanzadas al mar por contrabandistas en apuros, partidas de críquet con pescadores rescatados, peligrosas travesías marítimas y animadas fiestas a la intemperie.