(Santianes de Pravia, 1950). Licenciada en Filología Románica y en Filosofía, en la actualidad dirige el Instituto Cervantes de Toulouse. Poeta de prestigio internacional, ha publicado los libros de poesía El tercer jardín (1986), Exposición (1990, Premio Ícaro); Ella, los pájaros (1994, Premio Leonor de Poesía); Caza nocturna (1997), Del ojo al hueso (2001), Poesía, ese cuerpo extraño (2005), Y todos estábamos vivos (2006), así como del ensayo Teresa de Jesús (2001). Sus poemas han sido recogidos en numerosas antologías y han sido traducidos al francés, inglés, sueco y alemán. Ha colaborado con artículos críticos en las más prestigiosas revistas literarias y realizado numerosos trabajos de reflexión literaria.
- Proponga un menú literario: entrada, plato principal y postre.
Me cuesta entrar en la analogía gastronómica. Según y cómo –en qué momento, qué se busca, cómo se lee…–, un libro, o relato o poema o fragmento, puede cumplir muy distintas funciones. Prefiero proponer un plato único; o, mejor, tres platos únicos, para elegir: Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Razón de nadie, de José-Miguel Ullán; La balada del café triste, de Carson McCullers. Y una copita de aguardiente (blanco), un orujo, para acompañar.
- ¿Cuál ha sido el último libro que ha sacado en préstamo de una biblioteca?
De la del Instituto Cervantes de Toulouse, donde trabajo, un libro de entrevistas, Entretiens, con Raúl Ruiz, el director de cine chileno, publicado por Hoëbecke, en su colección de Artes y Estética.
- ¿Qué escena literaria le viene en este momento a la mente?
La del encuentro, también aquí, en Toulouse, entre dos poetas: Antonio Gamoneda y Bernard Noël. Duró dos horas y media, había muchísima gente, leyeron sus poemas y conversaron sobre sus respectivas poéticas con una maravillosa capacidad de escucha, de atención mutua.
- ¿Se ha enamorado de algún personaje literario?
Sí, de adolescente, de los personajes masculinos de las novelas de Charles Morgan (bastante intercambiables, aunque el que predominó fue Sparkenbroke).
- Sugiera una tríada de poetas.
Juan de la Cruz, Rosalía de Castro, César Vallejo.
- ¿Cuál ha sido la Biblioteca de su vida?
La Biblioteca Pública de Oviedo, cuando era estudiante, en la Plaza Porlier. Tuve la suerte, además, de hacer en ella lo que en la época se llamaba Servicio Social –obligatorio para las mujeres, como la mili para los hombres-; fue en el verano de 1967 o 1968, no recuerdo bien. El director de entonces, don Lorenzo Castellanos, me encargó que fuera clasificando una habitación de libros expurgados después de la guerra. Me temo que clasifiqué poco, pero leí mucho; era una persona bondadosa.
- ¿Con qué libro despertaría el amor a la lectura en un adolescente?
Con El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger.
- Cite tres novelistas a seguir por cualquier lector.
“A seguir” no quiere decir vivos, ¿verdad? Cervantes, Marcel Proust, Clarice Lispector.
- Proponga una medida a favor de la difusión de la lectura.
Que padres y madres lean.
- ¿Quiénes son sus compositores o músicos favoritos?
Bach, Schönberg, Ligeti, Cage, Patti Smith, The Who, Enrique Morente…
- ¿Alguna lectura ha marcado especialmente su vida?
Muchas; por ejemplo, El amor y Occidente, de Denis de Rougemont. (Que el incombustible poeta Gerardo Deniz transforma en El amor y Oxidente en uno de sus títulos.)
- ¿Sabría decirme qué es un tejuelo?
La etiqueta que se pega en el lomo de un libro, donde pone la referencia para localizarlo.
- ¿Qué persona viva le inspira más desprecio?
No sé. Haberlas, haylas, claro; lo difícil es el “más”.
- ¿A qué persona viva admira?
¡Uf! También es imposible; me producen admiración muchas cosas: la inteligencia, la gracia, la belleza, la bondad, la habilidad… La lista de personas sería muy amplia. Me gusta admirar.
- Seguro que podría recomendarnos la visión de al menos tres películas.
Cuentos de Tokio, de Ozu, Cielo sobre Berlín, de Wim Wenders, El sabor de las cerezas, de Kiarostami; y dos de Raúl Ruiz, que mencionaba antes, que acabo de ver: Ce jour-là y Généalogies d’un crime (están en DVD y en varias lenguas).
- ¿Qué poema interpreta sus sentimientos?
Leo un poco a la inversa: lo que me gusta es entrar en un poema, no por identificación, sino por lo que me abre. Más que un poema, hay mundos, universos poéticos que me resultan próximos.
- ¿Cuáles son sus nombres -de personafavoritos?
Nunca lo he pensado. Nombres propios de la lengua (no importados), sencillos y con entidad: Inés, Clara, Miguel, Lucía, Roberto, Samuel, Laura, Pablo…
- ¿Está de acuerdo con la aplicación de un canon por el préstamo en bibliotecas?
No; he firmado contra ese canon.
- 19. Sus artistas más admirados son…
No sólo admirados, que acompañan: Klee, Arshile Gorky, Louise Bourgeois, Unika Zürn, Tàpies, Boltanski, Ana Mendieta…
- El último libro que ha comprado ha sido…
Le danseur des solitudes, de Georges Didi-Huberman. Es un ensayo –adelanto, en realidad, de una obra más ampliasobre el bailaor Israel Galván. Es interesante cómo un filósofo francés piensa categorías estéticas propias de nuestra cultura (el temple, la intensidad negativa –lo contrario, diríamos, de la gracia de las sevillanas-, el miedo, la precisión y la desmesura…); tiene la penetración del Lorca de las conferencias, la de “Teoría y juego del duende” o las dedicadas al cante jondo.
- ¿Podría decirnos cómo ordena su biblioteca personal?
Por materias; en alguna de ellas, por lenguas (por ejemplo, poesía: española e hispanoamericana, francesa, inglesa, rusa, italiana…), y, ahí, por orden alfabético. El problema viene cuando un autor es poeta y ensayista, o cuando, de un ensayo, es tan relevante quien escribe como el autor o el tema sobre el que escribe (y a veces se olvida que existe, se traspapela); en fin, nada grave, pero sí molesto cuando se tiene prisa para encontrar algo.
- ¿Dónde desearía vivir?
En una casa a la orilla de un pueblo. Con el campo delante. Con mucho tiempo.
- A su juicio ¿cuál es la mejor obra literaria adaptada por el cine?
Me parece que, en general, acaban siendo otra cosa. Aun así, me gustó Muerte en Venecia y también Bajo el volcán. Hay otras películas –El tercer hombre, las distintas versiones de El cartero siempre llama dos veces, 2001: una odisea en el espacio-, que se han convertido casi en referencia original.
- ¿Qué está leyendo actualmente?
El libro de Didi-Huberman al que me refería antes, y la poesía de Caroline Sagot Duvauroux.
- ¿Para qué sirve la lectura?
Para lo más importante. Para aprender a vivir, para no estar solo, para conocerse, para aprender a pensar, para conocer el mundo, para aprender a escribir…
(Publicado en Biblioasturias05)
Fotografía: Inés Marful