En el mismo día en que Facebook salía a bolsa, en lo que era el mayor estreno de una empresa de internet y el segundo mayor de la historia -tan sólo superado por Visa en 2008-, en Oviedo un grupo de bibliotecarios y profesionales de la información debatían sobre su utilidad -y la del otras redes sociales- en las bibliotecas públicas, no dejando por cierto nada bien parada a la nueva inquilina de Wall Street.
El pasado viernes, 18 de mayo, la Biblioteca de Asturias acogió la jornada “Las bibliotecas públicas y las redes sociales”, organizada por APEI (Asociación de Profesionales Especialistas en Información), una interesante oportunidad para profundizar en el uso de estas herramientas con las que convivimos las 24h. del día, que las bibliotecas pueden utilizar como puerta de promoción, difusión y conocimiento, ofreciendo con ellas un servicio innovador, ágil, dinámico y atractivo. Biblioasturias quiso estar presente para darles traslado de los contenidos de la jornada, que suponemos será de interés para todos los profesionales asturianos y para los usuarios de estas redes sociales, que casi podríamos decir que somos todos nosotros.
“Si se cierran los ojos y se menciona ‘Red Social’ lo primero que viene a la mente es: Facebook. Si yo cierro los ojos y me mencionan ‘Red Social’, lo primero que veo es la biblioteca de mi pueblo”. Estas palabras de Fernando Juárez recogen uno de los aspectos en los que coincidieron todos los ponentes, que destacaron la biblioteca pública como la primera red social, un lugar de encuentro entre personas donde se fomenta la cercanía con los usuarios, cercanía que facilita el intercambio de información. Cuando hablamos de web 2.0, estamos hablando básicamente de lo mismo: cercanía, comunicación, intercambio, solo que en lugar de hacerlo cara a cara, el canal se llama internet. Y las posibilidades en este canal son ilimitadas: textos, búsquedas, vídeos, fotos, debates, en definitiva, contenido que atraiga la atención de los usuarios y usuarias, por no hablar de las infinitas posibilidades de colaboración con otras bibliotecas y profesionales. Cuando alguien cruza la puerta de la biblioteca ya está haciendo clic en ese “Me gusta”.
Bajo la moderación de José Luis Rodríguez-Mera (presidente de APEI), contó con la participación de profesionales como Ana A. Zarabozo, de la Biblioteca de Piedras Blancas (responsable del blog http://bibliopiedrasblancas.wordpress.com/), Fernando Juárez, de la Biblioteca de Muskiz (Vizcaya) (http://www.muskiz-liburutegia.org/) y Juan Miguel Menéndez Llana, de la Biblioteca de Asturias (co-responsable del Twitter de la Biblioteca de Asturias https://twitter.com/#!/biblioDAsturias)
Ana Zarabozo es ya una referencia en el uso de Facebook desde la biblioteca, una herramienta que compatibiliza con Twitter, cuya cuenta tiene más de 1.100 seguidores. Esta cifra adquiere relevancia cuando advertimos que la localidad en la que presta su servicio no llega a los 10.000 habitantes.
En su intervención repasó alguna de las redes sociales más habituales, invitando a probar las distintas herramientas y destacando aquellas en la que podemos encontrar a nuestro público, en este caso Facebook, que precisamente destaca por ser la más utilizada y el lugar donde podemos encontrarnos con un mayor número de nuestros usuarios. No en vano “el objetivo principal han de ser siempre nuestros usuarios, a los que hemos de hacer protagonistas, dando importancia a sus aportaciones, atendiendo sus quejas y procurando rapidez y agilidad en las contestaciones”.
Defendió también la necesidad de una planificación en el uso y desarrollo de esas redes sociales, su compatibilidad con la actividad habitual de la biblioteca y la medición de su impacto. Desde el principio tuvo claro que tenía que enlazar el mundo virtual con el mundo real, con la realidad de su biblioteca, organizando actividades tan curiosas como quedadas y citas a ciegas o encuentros virtuales con el autor.
Finalmente, destacó cómo estas herramientas pueden contribuir a mejorar la visibilidad de la biblioteca, pudiendo darle una mayor presencia en los medios de comunicación y también ante los políticos locales. Sirven también para mejorar el propio servicio bibliotecario, compartiendo, aprendiendo, copiando y adaptando actividades.
Fernando Juárez, uno de los pioneros en la aplicación de la web 2.0 y las redes sociales en el ámbito de las bibliotecas, comenzó su turno con una irónica crítica a las redes wifi protegidas por claves, invitando a no poner trabas en la confianza de que la gente va a hacer un uso razonable de la tecnología, “la gente valora que no les molestemos”. Pese a que desde su centro vienen utilizando la web como difusión de la información desde 2002, se mostró bastante crítico también con la utilización de las redes sociales desde las bibliotecas “a cuyo uso hemos de acercarnos con espíritu crítico”. Sobre todo a Facebook, que choca con el respeto a la confidencialidad que los bibliotecarios han mantenido por tradición y por ley, Facebook pone en entredicho la Ley de Protección de Datos, funcionando como un compartimento estanco, creando una bolsa dentro de la Red y recopilando todo tipo de datos personales para permitir su acceso al mismo, “es algo peligrosísimo y que va en contra de la filosofía de la biblioteca pública”. Defendió el uso de Twitter, que no precisa la identificación del usuario para visualizar la actividad y aporta una mayor agilidad en el flujo de la información. “Las bibliotecas tienen una gran oportunidad en las redes sociales virtuales para mejorar la red social que es la propia biblioteca”, pero hemos pensar si una determinada red social es válida para ello.
“El mayor cambio de la actualidad es que ahora la tecnología más puntera no está en las bibliotecas, sino que está en la calle, en los smartphones que llevamos cada uno, y no se utilizan sólo para trabajar sino como ocio. La información se consume en movimiento”. Con estos argumentos defendió que la biblioteca tiene que estar en los smartphones, conjugándolo con los argumentos tradicionales, con la biblioteca como puente entre el usuario y sus necesidades de formación, información y ocio, necesidades que están en el mundo virtual, hacia el que hemos de tender ese puente y no solo tenderlo sino también transitarlo con el usuario. Destacó la necesidad de mostrar amabilidad y de hablar, hablar y hablar con los usuarios, tanto en las redes virtuales como -y sobre todo- a nivel presencial. “El silencio es un servicio muy complicado de dar”, sólo debería estar reservado para las salas de estudio separadas de la biblioteca.
Fernando abogó también por “la pérdida de tiempo para avanzar, el día a día nos come y hemos de reservar un tiempo para “jugar” con las nuevas herramientas y aceptar algo nuevo si ello mejora el servicio” y destacó la necesidad de una presencia profesional y activa en las redes sociales, diferenciando el perfil personal y el de la biblioteca, que además de abrir muchas puertas, permitirá mejorar el servicio al usuario al compartir conocimientos. Fue categórico: “una persona que no tenga destrezas en internet no puede trabajar en una biblioteca”.
Juan Miguel Menéndez Llana es uno de los responsables de la cuenta Twitter de la Biblioteca de Asturias, que se ha convertido en un referente para el resto de bibliotecas tanto de Asturias como del panorama nacional.
Comenzó su intervención haciendo un repaso a la introducción de las nuevas tecnologías en la gestión bibliotecaria en la Biblioteca de Asturias, desde aquel sistema Dobis/Libis que en 1989 comenzó la automatización de los catálogos, pasando por la llegada del primer OPAC o catálogo en línea en 1999 hasta la llegada en 2007 de la página web de la biblioteca y la apertura de su cuenta Twitter en 2011. Precisamente el primero de sus “twetts” o “gorjeos” sirvió para dar la noticia del inicio del servicio de préstamo de libros electrónicos. Destacó el cambio “radical” en el trabajo a lo largo de estos años y la capacidad de adaptación profesional del bibliotecario.
Menéndez Llana realizó un recorrido por las distintas etapas de la experiencia desarrollada con el twitter de la Biblioteca de Asturias, que desde su comienzo en enero de 2011 ha realizado ya más de 16.000 “tweets”, sigue a más de 500 perfiles y cuenta con más de 1.200 seguidores. Desde este servicio se han elaborado cuatro listas públicas que recogen 997 perfiles, relacionadas con la economía asturiana, la política, la administración y el turismo y ocio. La realización de estas listas es una de las funcionalidades más interesantes a nivel bibliotecario, con ellas se está consiguiendo realizar una tarea tradicionalmente bibliotecaria, catalogar lo que hay en twitter. Con ello Llana completaba su respuesta al ¿para qué? y el ¿por qué? usar estas herramientas “para cumplir los fines y objetivos que siempre hemos tenido: informar, investigar, difundir y proteger nuestro patrimonio…”.
Defendió que “Twitter es tan flexible que podemos convertirla en una red social profesional especializada”, así, en un primer momento pensaron en utilizarla desde la biblioteca como instrumento para estar en contacto con otros compañeros de profesión, pero pronto comenzaron a ser seguidos por otros usuarios y ello animó a dar una nueva orientación al servicio. Ahora desde su cuenta no sólo se emiten noticias relacionadas con la biblioteca sino que se sigue también la actividad relacionada con las bibliotecas y la lectura en Asturias. “Twitter no puede ser sólo un canal de márketing, debe informar de la biblioteca pero no puede convertirse exclusivamente en su tablón de anuncios, si solo hacemos publicidad de nosotros mismos vamos a fracasar. Las redes sociales son fundamentalmente un canal para el diálogo y en ellas somos todos iguales, no somos distintos por ser bibliotecarios”.
Respecto a la elección entre las redes sociales más habituales, expresó también su insatisfacción con Facebook y en caso de dar un nuevo paso desde la biblioteca apuntó que sería hacia la realización de un blog, reconociendo que sería algo que exigiría una profesionalización mayor.
La disponibilidad de recursos humanos y tiempo para la atención de estas herramientas fue otro de los temas comunes, destacando la necesidad de mantener un servicio virtual como twitter en sábado y domingo. Juan Miguel apuntó también la necesidad de mantener un código deontológico en el uso de las redes sociales, con una distinción en el tratamiento al usuario en la red social y destacó, con tono positivo que “por primera vez las bibliotecas hemos llegado a tiempo a algo”.
José Luis Rodríguez-Mera destacó en su turno como presentador de la jornada que son muchas ya las bibliotecas que se han volcado en las redes sociales para mejorar su comunicación con los usuarios y usuarias y ofrecer un mejor servicio, pues ”que una biblioteca esté en las redes sociales no es una “pérdida de tiempo” ni algo que nos quite tiempo para realizar “nuestro trabajo”, al contrario, el estar en esas redes debe ser, desde ya, parte de nuestro trabajo como bibliotecarios y bibliotecarias”.
El presidente de APEI hacía referencia también un valor añadido muy a tener en cuenta a nivel profesional: “en estos tiempos difíciles que nos toca vivir, donde las bibliotecas sufren recortes, cierres y una degradación progresiva de las condiciones de los trabajadores, dar valor añadido a nuestro trabajo y ofrecer un mejor servicio usando las nuevas tecnologías con imaginación y constancia nos puede y nos debe hacer imprescindibles para la sociedad”.
APEI es una asociación formada por más de cien bibliotecarios, documentalistas, archiveros, gestores de contenidos web, community mánagers, etc. y que tiene por objetivos consolidarse como punto de referencia y vehículo de expresión de los profesionales y especialistas en Información, aumentando su presencia y representación en el contexto asociativo nacional e internacional, expandir el sector profesional en el ámbito de la Administracióny la empresa, potenciando el liderazgo de los profesionales en el mercado de las industrias de la información, comunicaciones y nuevas tecnologías y contribuir, a través de cursos y jornadas como ésta que nos ocupa, a la mejora formativa de los profesionales. La Asociación aprovechó la cita para presentar su nueva página web: www.apei.es.
(19 de mayo de 2012)