Barrio de Cimadevilla

Barrio de Cimadevilla

Luciano Castañón

Trea

72 págs.

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Cuando se cumplen los veinticinco años de la muerte (1987) de su autor, Luciano Castañón, y cuarenta y cinco de su publicación (1967) en la prestigiosa colección El Bardo (dirigida desde Barcelona por José Batlló), recuperamos para los lectores esta obra, «escrita con el corazón sobre los hombros», imprescindible del patrimonio cultural gijonés: Barrio de Cimadevilla que, en palabras de Francisco Álvarez Velasco, nos ofrece un retablo con los hábitos de «las gentes que pueblan el barrio: las citas non sanctas del tocador de laúd, los sonidos de marejada y olas en reyerta nocturna, la fiesta anual de la Virgen de la Soledad, los movimientos de la red en la faena de cada día, el vegetar de los jubilados, las horas de la rula, el olor de las focas, los niños con el culo al aire, el intruso destacamento militar que limita las aventuras infantiles, los nombres de las calles, el encuentro nocturno del borracho que sube la cuesta con el adormilado marinero que la baja, las remendadoras de redes, la llegada de la barca con el seno «pleno, fúlgido de coletazos», la madre que duerme a la niña con una nana, la reparación de una vieja y arruinada barca que merece una oda nerudiana, las viejas sentadas junto a la Colegiata, el encuentro del marinero de Maupassant con Bola de Sebo. Y hasta Félix Grande (Félix con guitarra), que intervino en un tablao flamenco de Cimadevilla durante una visita con Fernando Quiñones».

 

Luciano Castañón (Gijón, 1926-1987), Chano como futbolista profesional del Sporting en su juventud, fue miembro de número del ridea (con un inesperado discurso de ingreso sobre «la vida airada» en Asturias y un pionero Refranero Asturiano); dirigió, entre otras actividades editoriales, la Gran Enciclopedia Asturiana y colaboró asiduamente en la prensa nacional y regional, donde ejerció la crítica literaria y artística durante décadas. Es autor de una vasta producción investigadora que abarcó temas asturianos, literarios, artísticos, eruditos y bibliográficos, con especial dedicación a los asuntos de Gijón, sus creadores (Jovellanos, Rosario de Acuña, Fabricio, Piñole, Sebastián Miranda, Medina Díaz, García Carrió) o la idiosincrasia de Cimavilla (de la pesca de la ballena a los apodos o el vocabulario playos), una selección de los cuales aparece en Escritos gijoneses (Vtp, 2001). Entre sus obras de ficción destacan El viento dobló la esquina (1958), Los días como pájaros (1964, que recrea sus años de futbolista), Vivimos de noche (1964, reeditada por El Comercio en 2008), Los huidos (1973, sobre los fugaos al monte tras la guerra civil), Siete cuentos asturianos (1983) y Saldo humano (1992), además de los poemariosBarrio de Cimadevilla (1967), que hoy presentamos de nuevo al lector, De la mina y lo minero (1968) y Poemario asturiano (1979), junto con las piezas teatrales Payasos (1959) y El detenido (1964).

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias