Acaban de fallarse los distintos premios literarios que cada edición viene concediendo la Semana Negra de Gijón. En ellos, la escritora zaragozana Cristina Fallarás se ha convertido en la primera mujer que gana el premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra publicada en castellano en el último año por Las niñas perdidas, editado por Roca Editorial, en la que la autora, residente en Barcelona refleja, con estilo directo y duro, otra cara de la Ciudad Condal: la que se aleja del turismo, los anuncios institucionales con gente sonriente y el diseño. Es en esa otra ciudad, la canalla, en la que la ex periodista y detective Victoria González se mueve pisando fuerte. Y eso que su avanzado estado de gestación no se lo pone fácil. Cuando Victoria recibe el anónimo encargo ‒acompañado de un cheque de explícito y sustancial contenido‒, empieza a imaginar que los infiernos barceloneses que ella conoce están a punto de ganar kilómetros en profundidad. Dos hermanas desaparecidas, de 6 y 8 años. Una de ellas, ya asesinada brutalmente; la otra, en paradero desconocido. Lo que significa que hay que encontrarla lo antes posibles, viva y entera preferentemente.
Fallarás, que ya había conseguido con esta obra el Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial 2011, se ha mostrado “muy orgullosa” de ser la primera mujer que gana el premio de la Asociación Internacional de Escritores Policiacos y manifestó que escribe novela negra “solo para participar en esta Semana, el único sitio del mundo donde la literatura es una fiesta”.
El argentino Kike Ferrari se ha llevado el Memorial Silverio Cañada a la mejor ópera prima criminal por Que de lejos parecen moscas (Amargord), mientras que el Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción sobre tema criminal ha recaído ex aequo en La frontera del narco de Sanjuana Martínez (Temas de Hoy-México) y Un maestro de Guillermo Saccomano (Planeta-Argentina). Emilio Bueso ha conseguido el Celsius a la mejor obra de fantasía, ciencia ficción o terror por Diástole (Salto de Página).
El premio Espartaco a la mejor novela histórica ha sido para Ignacio Martínez de Pisón por El día de mañana, editada por Seix Barral, en la que aborda la última etapa del régimen franquista a través la vida de un confidente de la Brigada Social. Galardonada con el Premio Nacional de la Crítica 2011, Pisón novela en ella ese apasionante período desde dentro, observando el impacto que la historia colectiva tuvo en la individual, es decir, en la realidad de la gente común. Cobra vida en estas páginas la atmósfera incierta y fascinante de una época en la que todo parecía posible.
(13 de julio de 2012)