Sofía Castañón y Alba G. Sanz inauguran la colección ‘malas tierras’ de Suburbia Ediciones

Suburbia Ediciones da el paso a la edición  en castellano con la colección bautizada como malas tierras. El pasado jueves 21 de febrero se presentaban en la librería La Buena Letra de Gijón sus primeros números, firmados por las poetas Sofía Castañón y Alba González Sanz, con los títulos de La otra hija y Parentesco.

 

“Dedicimos dar el paso a publicar en castellano hace tiempo, aunque esperamos a un buen momento. Pero está claro que no vamos a encontrar el momento perfecto. Lo que realmente nos decidió fue el encontranos con estos dos poemarios. Una vez que cayeron en nuestras manos nos pareció un crimen no sacarlos a la luz lo antes posible. Es el momento de asumir riesgos y abrirse a los cambios. La verdad es que quería publicar poesía y poesía de gente joven, con cosas que decir y a ser posible mujeres. Y qué mejor que Sofía y Alba”. Con estas palabras, la editora Silvia Cosío, responsable de Suburbia Ediciones, explicaba para Biblioasturias el nacimiento de la colección malas tierras, que se estrena por todo lo alto con la edición de los poemarios La otra hija, de Sofía Castañón (Gijón, 1983), y Parentesco, de Alba González Sanz (Oviedo, 1986). Dos excelentes trabajos que confirman a estas jóvenes escritoras como dos de las voces poéticas más interesantes del momento.

 

Sofía Castañón no es ninguna desconocida en el panorama cultural asturiano. Actualmente  dirige junto al realizador Juan Tizón la productora Señor Paraguas, una empresa de creación audiovisual que se ha especializado en el terreno del videoclip y que recientemente ha presentado los bookclips de La otra hija y Parentesco. Desde hace años viene trabajando en diferentes medios de comunicación  y ha colaborado con publicaciones como Hesperya, Diagonal, La Nueva España, 20minutos, Lata de Zinc, El Súmmum y Les Noticies, entre otros. Con Animales interiores (Trabe, 2007) publicaba su primer poemario (Premio Asturias Joven de Poesía 06), al que seguirían Últimas cartas a Kansas (La Bella Varsovia, 2008), y Tiempu de render (Trabe, 2010), así como los cuadernos Culpa de Pavlov (Premio Jóvenes Creadores del Ayto. de Madrid 2008) y La sombra de Peter Pan (Ed. 4 de agosto, 2009) . Junto con estas publicaciones podemos encontrar algunos de sus textos en diversas antologías.

 

Por su parte, Alba González Sanz  es licenciada en Filología Hispánica y Máster en Género y Diversidad por la Universidad de Oviedo, donde actualmente realiza su tesis doctoral a la vez que trabaja en el Centro de Investigaciones Feministas. En 2010 obtuvo el XI Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven con su libro Apuntes de espera (Torremozas, 2010).

Ha colaborado con poemas y otros textos en diversas revistas y cuadernos como Hesperya, Bar Sobia, Ellas Dicen, Nayagua, Lunula y Mordisc, y ha participado en las antologías La edad del óxido. Antología de jóvenes narradores asturianos (Laria, 2009) y 50 maneras de ser tu amante (Puntos Suspensivos, 2010).

 

Aprovechamos la presentación de sus nuevos poemarios en la librería La Buena Letra de Gijón para comentar con ellas sus obras:

 

¿Cómo presentaríais el poemario?

Sofía: Cuando ponemos un vinilo, casi nadie empieza por la cara B. Aunque algunas de las canciones favoritas resulten estar, con el tiempo, en ese lado. De eso habla La otra hija, de aquello que no miramos al principio, de lo que pudo ser, de lo que está siendo en otra parte.

Alba: Parentesco es una suerte de inventario de experiencias vinculadas al propio vivir: crecer, tomar conciencia de que ocupamos un espacio que no es inocente, relacionarnos para bien y para mal con la familia de la que procedemos, con la que después escogemos en la amistad y en el amor. Formular en voz alta las dudas, los desvelos y las iluminaciones de ese proceso que por lo demás no es excepcional pero en cada persona se concreta de una forma. Para mí esta reflexión es central y es constante, más allá del afán meramente biográfico y como una posición pública y política ante la propia identidad. No quiere ser un canto al pasado ni un ejercicio de nostalgia porque creo que mientras estamos vivas, cada segundo que pasa nos deja una marca que modifica el mirar y nuestro estar en el mundo. Y lo que he pretendido hacer es entonces proyectar esa historia hacia el ahora.

 

¿Qué diríais que significan con respecto al momento literario-personal en que estáis?

S: Significa cerrar una etapa. Y al mismo tiempo sirve de recordatorio: al componer esos poemas me sentí más libre de lo que he podido sentirme después, bajo la influencia de una visión más endogámica. Cierre y avance. Supongo que eso es lo que significan todos los libros, por otra parte.

A: No me atrevo a pensar en algo que pueda llamarse “momento literario” porque Parentesco es un libro que lleva conmigo muchos años y me cuesta pensarlo con distancia, como libro ya que cualquier persona puede leer, aún no ha sucedido ese desprendimiento… En cuanto al personal, creo que el libro ha llegado cuando tenía que hacerlo, aunque suene tópico. En plena incertidumbre laboral, en pleno vértigo ante la situación general de crisis, parece que el año arranca apuntalando algunos espacios de ilusión para mí y los míos. El libro es uno de ellos.

 

 

¿Cómo se contextualizaría en el tiempo? Me refiero al tiempo-proceso de escritura…

S: Este libro comenzó a gestarse en 2007 y fue mutando (en estructura, en títulos…) y cinco años después habla de una realidad que fue mía, claro, aunque ya no lo sea. Ninguno somos como hace cinco años, y mucho menos el lugar donde vivimos.

A: Parentesco es un libro que empecé a escribir a finales de 2006. Hay poemas que permanecen pero entonces tenía otro título, otra estructura… el trabajo sobre él ha sido continuo desde entonces hasta dejar aquello que había de más cierto, de más coherente, en el conjunto original de textos (conjunto que ha ido creciendo en esa línea familiar que finalmente lo define). Digamos que lo que en algunos momentos de este proceso viví con cierto cabreo porque no terminaba ni de tener una forma que me convenciese ni de publicarse (y de hecho edité como primer libro lo que cronológica y vitalmente era un segundo), en el fondo ha sido una suerte por el trabajo, por la autocrítica y por la enorme fortuna de contar con personas que con sus lecturas me han ayudado a conformar una colección de poemas muy importante para mí.

 

Os une la fuerte amistad de años, y el respeto y la admiración como lectoras mutuas. Así que invertimos los papeles ¿Cómo definiríais el poemario de la otra, y cómo lo valoráis con respecto a ese momento literario-personal del que hablábamos antes?

S: Parentesco es un primer libro que no lo es. Conserva la frescura, el poema como esencia, de un primer libro. Pero tiene además todo el trabajo que va dando el oficio y del que suelen carecer esas primeras publicaciones, por lo general. Era un libro interesante con poca suerte que ha acabado siendo un muy buen libro a base de las vueltas y del tiempo. Y ha merecido la pena. Es un libro para celebrar.

A: No sé si has visto el bookclip de La otra hija, pero tiene una imagen muy acertada: el espejo. Pienso el libro de Sofía Castañón y a la vez en el verbo desenmascarar. Como en el resto de su obra, hay un sujeto poético que es duro principalmente consigo mismo, que hace un ejercicio certero de señalar las trampas de la identidad construida, trampas en las que una misma se enreda y trampas que elabora la mirada de otras personas. Pero de una manera más clara, explora esa otredad de la proyección de sí en el entorno del amor y lo familiar: cuánto decepcionamos, cuánto nos decepcionan, cómo somos siempre responsables. Cada parte se abre con referencias a una figura de la mitología clásica. Si enfrentas a esas figuras con el reflejo del poema, humanizas para lo bueno y para lo malo. El empeño es mítico porque es el de Sísifo: esa humanidad, con sus errores y sus tímidos aciertos, es la fuerza que orquesta el libro; por lo demás afilado en sus versos, en sus imágenes.

 

Ven la luz a la vez e incluso habrá quien, sin tener en cuenta las lecturas, vivencias y edades similares, quiera buscar una relación más allá. ¿Qué significa para vosotras esta edición simultánea?

S: Siempre se habla de lo terrible que es el “mundo literario” y lo es. Pero siento que eso sólo lo puedo decir a medias, porque la literatura me ha dado regalos maravillosos más allá de los libros, y la amistad con Alba, así como la lectura de la Alba escritora que ha ido creciendo en estos años, es de los mejores.

A: En mi caso significa dos cosas. Por un lado, La otra hija es un texto que también ha estado en mi vida en todo este tiempo, que conocí como inédito y que he ido leyendo mientras Sofía Castañón trabajaba en él hasta llegar a lo que ahora está publicado como libro. En ese “parentesco” que vamos construyendo, que elegimos, el texto está ahí en calidad de una elección más, de una referencia. Y por ahí va la segunda significación: ir de la mano de alguien a quien admiras y respetas por su trabajo poético, al margen de la relación personal, es un regalo y una responsabilidad porque invita siempre a estar a la altura.

 

¿Cómo consideráis que dialogarían los versos de ambos libros?

S: Tienen que ver, creo, porque se centran en los entornos más cercanos, el núcleo, la familia, los modos que tiene el amor, y también lo que no es amor pero nos acompaña.

A: Hay en ambos una vía familiar que los conecta desde los títulos y en muchos de los poemas: probablemente esa sea la relación más obvia, porque por ejemplo en el mío el par amor/desamor apenas está representado por un par de textos, no es determinante. Hay en ambos mitos clásicos, una parte sustancial de mi formación lectora y sentimental y sospecho que para Sofía Castañón en este libro son parte de ese juego de espejos e identidad que está desmontando. Y sobre todo hay dos voces diferentes que aunque en estos textos se decanten por un lenguaje despojado, descriptivo a veces, tienen tonos y miradas propias que a su vez establecen otro tipo de diálogo, el que permite que alguien que lea los dos libros pueda encontrar en ellos dos caminos de una exploración que en algunos casos es coincidente.

 

Y llegamos finalmente a la edición y la presentación de estos libros. ¿Cómo surgió la posibilidad de publicarlos y hacerlo con Suburbia Ediciones que, con vosotras, da el paso a la edición en castellano, lo que no deja de ser una declaración de intenciones por parte de Silvia?

S: Hace algo más de un año Silvia me hablaba de su intención de publicar en castellano, y Suburbia es una editorial en la que me siento cómoda porque con Silvia Cosío me siento cómoda. Le estoy agradecida por la confianza para este estreno, y por ponerme a la mejor compañera de batallas… presentaciones posible.

A: Siguiendo con las conexiones de estos dos poemarios, en mi caso la posibilidad vino de la mano de la propia Sofía Castañón: cuando me contó que Suburbia se lanzaba a la edición en castellano y quería hacerlo con su inédito La otra hija, me propuso enviarle mi texto a Silvia Cosío, que obviamente deseaba y desea que la colección tenga continuidad. Le gustó y Parentesco se convirtió en el número 2 de malas tierras. Fue la propia editora la que además decidió que quería lanzar ambos a la vez, como arranque de colección, cosa que a las dos nos pareció una idea estupenda tanto por la parte de la editorial, como por la nuestra. No es el primer proyecto conjunto en el que nos involucramos y que se trate de dos poemarios que son, como nosotras, viejos conocidos, lo hace más especial.

 

 

Ambos poemarios cuentan con su traducción audiovisual gracias al trabajo de la productora Señor Paraguas. Desde estos enlaces se pueden ver ambas piezas:

La otra hija

Parentesco

 

(22 de febrero de 2012)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias