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El Concejo de Tineo se encuentra situado en el suroccidente de Asturias y tiene una extensión de 538 Km2. A estas enormes dimensiones hay que añadir la baja densidad de población (unos 26 hab./km2) que además se encuentra dispersa en 340 núcleos. La población actual es de 12.070 habitantes. Hemos de resaltar que se trata de una población envejecida y dedicada de forma principal a la ganadería (la mayor producción de leche de España procede de este municipio) y en menor medida a la minería (antracita), así como a la producción hidroeléctrica.
Es a partir de esta breve descripción del Concejo de Tineo donde debemos enmarcar la Biblioteca Pública Municipal. Una biblioteca que remonta sus orígenes al empeño de don José Maldonado González, Alcalde de Tineo y que pasado el tiempo llegaría a ser el último Presidente de la República Española en el exilio. Sería inaugurada el 2 de abril de 1933. Tras los desgraciados avatares de la guerra y postguerra habrá que esperar hasta el 25 de noviembre de 1954 para que se vuelva a reinaugurar. En los años posteriores, la Biblioteca Pública Municipal se convertirá en el reducto de los intelectuales y curiosos locales. Será a partir de 1989 cuando la biblioteca inicie un servicio normalizado y bastante distinto al que venía prestando desde la mitad de la década de los cincuenta.
En 1995 se traslada a una nueva sede. Se instala en un palacio rehabilitado, conocido como la casa de los García de Tineo (siglo XIV). Este nuevo espacio permitió afrontar nuevos servicios, mejorar la calidad de los existentes y ampliar otros.
En enero de 1997 se planteó la conveniencia de aprovechar las nuevas tecnologías para acometer la puesta en marcha de un servicio teledocumental en la biblioteca. Con el fin de acercar a los ciudadanos los nuevos medios de documentación teleinformáticos, se instaló un punto de acceso a la red inter net y otro de consulta de obras de referencia en soporte CD-ROM.
A partir de la puesta en marcha de este ser vicio, las consultas realizadas al bibliotecario adquieren otra dimensión y la capacidad de respuesta de éste se vuelven casi infinitas. Desde ese momento, preguntas que por su especialización era imposible responder con anterioridad, ahora se contestan casi de manera inmediata.
La entrada de los ordenadores en la biblioteca supuso para el bibliotecario proporcionar asesoramiento y formación, pues en muchas ocasiones ese era el primer contacto del usuario con este tipo de máquinas. Era (y es) necesario dedicar un tiempo a enseñar desde cómo funcionaba el ratón, el significa do de los iconos, la información básica de que es un navegador, cómo utilizar un motor de búsqueda o el correo electrónico. Afortunadamente esta labor es hoy realizada por los telecentros, aunque desde la biblioteca no hemos dejado de hacerlo nunca.
Los ciudadanos, desde el primer momento, no sólo utilizan el acceso a internet como ampliación del fondo de consulta, sino también como una forma de ocio, de establecer contactos a través de los chats y correo electrónico.
En la actualidad este servicio se ha incrementado. En respuesta a la demanda existente los usuarios tienen a su disposición seis ordenadores, dos impresoras y un escáner. Todos los equipos tienen acceso a Internet mediante una línea ADSL de forma gratuita. Cada nuevo servicio que la biblioteca ofrece crea nuevas expectativas en el lector y genera a su vez nuevas necesidades. Pero por ello no se puede prescindir de seguir actualizando el fondo de la biblioteca, cubriendo sus lagunas con materiales de nueva publicación. Este servicio refuerza a la Biblioteca Pública como un espacio de información, documentación y ocio y resulta un apoyo más para el desarrollo personal y social del lector en ámbitos como el nuestro, en el que no abundan las oportunidades. En las zonas rurales esa rentabilidad se ve incrementada por mor de las distancias y alejamiento de los grandes centros de información y formación.
Una biblioteca como la municipal de Tineo, obligatoriamente tiene que ser un centro de información integral al ciudadano.
Desarrollamos conferencias, talleres de lectura, cuentacuentos, visitas guiadas, y todos los etcéteras que queramos, pero nuestra obligación es ser también ese punto de información al ciudadano que no sabe como localizar un teléfono o ayudar a un ganadero a obtener los datos que necesita del SIGPAC (Sistema de información geográfica para la identificación de parcelas agrícolas).
Nuestra experiencia nos ha llevado a la conclusión de que en este espacio rural es imprescindible que los ciudadanos dispongan del acceso a internet. Ésa es nuestra pro puesta y creemos que si no somos un centro de información integral al ciudadano, las Bibliotecas Públicas perderán parte de su razón de ser y ya no seremos esa ventana al cono cimiento y la información que toda sociedad democrática necesita.
(Publicado en Biblioasturias02)