La Biblioteca de Carbayín (Siero) alberga uno de los tesoros bibliográficos del fondo documental de la Red de Bibliotecas Públicas de Asturias. Se trata de la conocida como “Biblioteca Urania”, una colección de obras pertenecientes a la antigua biblioteca del mismo nombre, que funcionó en Saús en las décadas de los años 20 y 30 del siglo pasado.
El historiador Ángel Mato, a quien debemos los más importantes estudios llevados a cabo sobre las bibliotecas populares y de los Ateneos asturianos en los años previos a la Guerra Civil, autor de obras como La lectura popular en Asturias (Pentalfa, 1992) o La Atenas del Norte (KRK, 2008), describió esta biblioteca en el catálogo de la exposición “A la cultura por la lectura”, organizada por nuestra Red de Bibliotecas con ocasión de la celebración del Día del Libro del pasado año 2004. Ésta es una adaptación de su texto:
“Entre las bibliotecas organizadas en la década 1920-30 éste es un caso que requiere una especial atención por dirigirse a un público muy concreto, alejado históricamente de toda práctica cultural, en una zona geográfica aislada y de difícil acceso, con formas de promoción de la lectura específicas para sus lectores, y con un éxito inigualable en el logro de sus objetivos.
La “Biblioteca Circulante Urania”, establecida en la aldea de Saús (Carbayín, Siero) en 1922, consiguió en sus 16 años de funcionamiento un fondo de más de 2.000 libros, que eran leídos por los mineros de todo el valle de Carbayín, donde surgieron otras dos bibliotecas en la década de los veinte y dos más en los años treinta.
El origen de la actividad está en un pequeño grupo de técnicos de la Sociedad Minera “Hermanos Felgueroso”, propiedad del empresario reformista Secundino Felgueroso que había presidido el Ateneo Obrero de Gijón. Entre los administrativos y técnicos de la mina se formó la “Sociedad Los Cuatro”, de la que formaban parte cuatro jóvenes cualificados que se comprometieron a pagar una “perrona” cada vez que cometieran una incorrección lingüística, con el fin de comprar el diccionario de la Real Academia Española y varios libros más de literatura y de ciencias aplicadas.
De esta primera iniciativa surgió la idea de formar la Biblioteca Urania en los locales de la escuela de la empresa, con una Junta Directiva compuesta por miembros de la misma (el capataz, el maestro, dos administrativos y el practicante) y con el apoyo de un grupo de socios que pagaban una peseta mensual.
Los fondos se reunieron con aportaciones de libros por parte de los técnicos y mediante la compra, hasta los dos mil ejemplares que figuran en el Catálogo de 1927, y el sistema de préstamos llegaba a todo el valle minero estableciendo el reparto, previo encargo, mediante el correo interior de la empresa para los obreros de la misma y mediante el personal del Ferrocarril de Langreo para las personas de otras localidades.
Aunque carecemos de datos estadísticos sobre el volumen de las lecturas, todos los testimonios de la época y los cientos de ejemplares conservados apuntan a que en Saús se estableció un centro-modelo de lectura, moderno y dinámico que atrajo a nuevos lectores (mineros, mujeres y niños) y que hizo de la práctica lectora una importante actividad de instrucción, de formación y de ocio entre los mineros de la zona.”
En la actualidad la Biblioteca Pública de Carbayín alberga la práctica totalidad de los volúmenes que formaban esta singular colección, algo muy poco usual, que podemos calificar incluso como extraordinario, ya que tras los avatares de la Guerra Civil y también con el propio paso del tiempo, se perdieron muchos de los fondos de estas bibliotecas populares. Éste es uno de los pocos casos en los que nos encontramos con un colección que puede dar una idea de conjunto de lo que era el fondo de de una biblioteca popular de esa época. En Carbayín, se dio además la circunstancia de que tras la Guerra Civil se reunificaron en una nueva Biblioteca los fondos de la “Urania” y de la Sociedad Recreativa, formando un libro de registro único, que se mantiene en la actualidad y que permite también conocer la evolución de esta peculiar colección, cuyo valor cultural y social es superior si cabe al propiamente bibliográfico.
(Publicado en Biblioasturias11)