Está considerada una de las bibliotecas más completas de la emigración asturiana y por eso destaca en ella la consulta de investigadores con interés sobre la diáspora. Gratuita tanto para socios como para público en general, la biblioteca del Centro Asturiano de Buenos Aires cumple, al igual que éste, su primer centenario de vida.
Creada a la vez que se fundaba el Centro Asturiano en el año 1913, la biblioteca fue nutriéndose por donaciones de libros de los propios socios hasta el punto de que, cuando se trasladó en 1929 al edificio donde actualmente se ubica, ya contaba con unos 2.300 volúmenes. Hoy, bibliotecas privadas casi completas -como es el caso de la perteneciente a Carlos de Jovellanos y Paseyro y la de Manuel García Pulgar-, envíos continuos del Gobierno del Principado de Asturias y los diferentes ayuntamientos, así como los envíos de las hermanas Erún y Conchita Peláez, entre muchos otros, enriquecen un fondo documental de aproximadamente 10.000 volúmenes que ya en la década de los años 80 fueron procesados para darle su especialización definitiva en lo que refiere a Asturias y a autores asturianos, manteniéndose el sector español y el americano.
El Centro Asturiano de Buenos Aires
El 23 de febrero de 1913, bajo la presidencia de Hipólito Fernández, surge el Centro Asturiano de Buenos Aires, fruto de la ilusión y la nostalgia de los muchos emigrantes asturianos que querían recordar las costumbres, las tradiciones y la historia de su tierra de origen. El 3 de marzo de ese mismo año, el centro consigue alquilar un local en la calle Méjico, 533, donde comenzaron a trabajar en pos de una institución que albergó la redacción del Heraldo de Asturias, y que, entre 1915 y 1919, editaba su propio boletín, antecesor de la actual revista Asturias.
Tras mudarse en varias ocasiones, esta Asociación de Socorro Mutuo, Previsión, Beneficencia, Cultura, Recreo y Deportes por fin en 1929 se consiguió un anhelado local propio, actual sede social, en la calle Solís, 475. Un edificio levantado sobre un terreno adquirido en 1925, y en el que, teniendo como padrinos al Príncipe de Asturias y la Infanta Beatriz, se colocaba la primera piedra, llevada de Covadonga, el 8 de septiembre de 1927. Con este simbólico gesto de concepción se inauguraba dos años más tarde, el 7 de septiembre, un considerable edificio que en su planta baja tiene oficinas administrativas, un amplio hall, y un salón-teatro con piso movible de 500 metros cuadrados que fue bautizado en honor a Alejandro Casona. En el primer piso se instalaría la biblioteca, además de habilitarse dos salas para reuniones de Junta Directiva y Comisiones, dejando el segundo piso para sala de fiestas, y el tercero como restaurante.
Famosa es su Banda de Gaitas Pelayo, el Grupo Coral Covadonga, formado por una veintena de personas con vocación de difundir la canción asturiana, y el Conjunto de Danzas Pelayo, con más de cuarenta años de historia tras de sí, llevando con gran éxito los bailes tradicionales de Asturias a distintos países del cono sur Iberoamericano.
Aunque, sin duda, si algo se reconoce y aprecia en el Centro Asturiano, tanto por sus socios como por las diferentes personas que hacen uso de ella, es su biblioteca centenaria, considerada por los expertos como una de las más importantes en temática asturiana fuera de España.
(1 de julio de 2013)