Conchita Marín Estrada, bibliotecaria de Sama

Nombre y apellidos: Conchita Marín Estrada

Nombre de la biblioteca: Biblioteca Pública Municipal “Escuelas Dorado”

Localidad: Sama (Langreo)

Número de habitantes de dicha localidad: 12.085 (Langreo ronda los 38.000 aproximadamente)

 

¿Cuántos años llevas trabajando como bibliotecaria? ¿Y en esta biblioteca? 

En marzo hizo 36 años. Fue de manera totalmente casual. Estaba en una etapa un poco confusa sobre qué futuro le daría a mi vida laboral, ya que después de terminar mis estudios en la Universidad me dediqué a dar clases particulares durante un año. Monté mi propia academia y no me iba mal pero observé que la enseñanza no era tan gratificante como en un principio había pensado : impartir latín, lengua, francés y demás asignaturas de letras no motiva mucho a los adolescentes.

Como dije fue casual porque estaba escuchando las noticias de la radio local y oí que se iban a convocar oposiciones para cubrir dos plazas para las bibliotecas de Langreo, ese sí me parecía un trabajo interesante y decidí presentarme. Empecé a elaborar los temas, pues de aquella no había casi nada publicado sobre Biblioteconomía, a estudiar, a practicar catalogación y saqué una de las 2 plazas ofertadas. En aquella época estaban medio abandonadas, en manos de gente poco cualificada, aunque hacían lo que buenamente podían, y solo estaban abiertas 2 horas por la tarde. Cuando llegué me encontré con un caos tremendo : los libros ordenados con números currens, sin distinción de materias, las fichas que enviaba el Centro Coordinador dentro de los libros…Tuve que empezar de cero, y fue una labor de chinos, teniendo en cuenta que a los tres meses se trasladaba a donde está hoy . El edificio antiguo estaba en un local que no era muy céntrico, más bien pequeño, que compartíamos con el Archivo, la Alianza Francesa y la Banda de Música.

¿Y desde cuando está funcionando esta biblioteca?

Desde junio de 1986. Hicimos el traslado al Centro Cultural “Escuelas Dorado”, un precioso edificio rehabilitado, de principios del siglo pasado, céntrico, luminoso y grande, que albergó las antiguas Escuelas de Sama. Así pudimos aumentar los puestos de lectura, las estanterías, y separar la biblioteca infantil de la de adultos.

Recuerdo como anécdota la prisa que me tuve que dar para registrar y colocar los nuevos libros del lote fundacional y hacer expurgo de lo más viejo hasta el punto de que, con el edificio a medio acabar, los obreros trabajando a destajo, los electricistas con los cables… yo me encontraba, entre el polvo y el ruido, sentada y con un casco puesto registrando libros en un rincón de la sala. En pocos días venía Pedro de Silva a inaugurar y queríamos dejarlo prácticamente acabado.

Al final salió todo bastante bien y tuvo una excelente acogida entre los lectores samenses que vieron aumentado y renovado el fondo bibliográfico.

¿Qué te atraía de esta profesión?

¡Me atraía todo! Siempre intuí que mi futuro estaría entre libros. Cuando obtuve la licenciatura en Literatura Española tenía poco interés en la enseñanza, como dije anteriormente, ya que los jóvenes no están muy interesados en las Humanidades y cada vez son menos los que se decantan por la literatura. No obstante había empezado a preparar las oposiciones a Secundaria pero con pocas ganas porque en Asturias salían pocas plazas.

Yo era asidua a la biblioteca y una lectora voraz, me encantaba ir todas las semanas a sacar libros, me gustaba el silencio que allí se respiraba… así que no me lo pensé dos veces : empecé a formarme en Biblioteconomía. Fui un poco autodidacta pues no había mucho publicado, el libro de Nuria Amat La biblioteca, el Manual de bibliotecas de Carrión y poco más, ya que la Ley de Bibliotecas fue posterior,  así que con la ayuda y consejos de Carmen Prieto, gran profesional y Jefa de la Sección de Bibliotecas del Principado, empecé mi andadura.

También tengo que decir que el artífice de mi amor por los libros fue mi padre. Tenía una gran biblioteca, con buenos libros, y ya de muy pequeños, a mi hermano Pablo y a mí, nos leía mucho, nos narraba cuentos y nos fue introduciendo en el mundo de la literatura. Él fue también bibliotecario del Casino de La Montera, y perteneció anteriormente a la Tertulia Literaria de Amigos del Arte (TLAA) que reunió a personas como Benjamín Mateo, Horacio González Velasco (sobrino del gran periodista Ovidio Gondi) y Pedro Mario Herrero, entre otros. Y así a lo largo de los años me fui enamorando cada vez más de esta profesión, del contacto con los lectores, del tacto y el olor de los libros nuevos… y puse mi granito de arena en la difusión de  la cultura. Recuerdo a un usuario muy simpático, que cada vez que llegaba a la biblioteca me saludaba con un : “Cómo está hoy la guardiana del templo de la Sabiduría?” y eso me enorgullecía. En fin, que disfruté de muchas vivencias gratificantes.

Recuerdo a un usuario muy simpático, que cada vez que llegaba a la biblioteca me saludaba con un : “Cómo está hoy la guardiana del templo de la Sabiduría?” y eso me enorgullecía

¿Con qué libros te aficionaste a la lectura? ¿Cuáles son tus escritores favoritos?

Mis primeros contactos con la lectura fueron los tebeos, los cómics de mi infancia, el Pumby, Pulgarcito, Mortadelo, Zipi Zape…Después pasé a Enid Blyton, me encantaban las Aventuras de los Siete Secretos, de Los Cinco, Torres de Malory… De adolescente seguí con mi afición a la lectura, estaba de moda José Luis Martín Vigil, del que leí todos sus libros, también leía a Lobsang Rampa, Pearl S.Buck, A.J. Cronin, Daphne du Maurier…Todas las semanas iba a sacar un libro a la biblioteca, me parecía uno de los mejores sitios para pasar un par de horas.

No tengo “escritores de cabecera”, me gustan muchos y de diversas tendencias y estilos. De los más clásicos me gustan : Poe, Carver, Proust, Tolstói, Flaubert, Maupassant, Stefan Zweig, Simenon… y de los contemporáneos destacaría a Murakami, Pierre Lemaitre, E. Carrère, Marc Levy, Benedetti, Sábato, Almudena Grandes, Clara Sánchez, Rosa Montero, Muñoz Molina, Javier Marías, Javier Cercas, Ricardo M. Salmón… y hubo un tiempo en el que estuve enganchada a Patricia Highsmith, de la que leí casi todo.  De poesía, aunque leo menos, siempre acudo a la Generación del 27 : Cernuda, Alberti, Lorca, también Miguel Hernández, y de los cercanos me quedo con Ricardo Labra, Alberto Vega y mi preferido Ángel González.

¿Qué destacarías de la biblioteca?

Lo más importante es que está en el centro de Sama, en la calle Dorado, lugar de paso de todo el mundo. El edificio que la alberga es amplio y luminoso, de principios del siglo pasado. Se proyectó como Centro de Enseñanza y en los años 80 se restaura, añadiendo un piso más, ya como Centro Cultural. Es un sitio acogedor, muy vivo culturalmente, que invita a visitarlo. Disponemos de una buena colección, renovada y actualizada.

¿Qué perfiles de usuarios recibe? ¿Qué demandan principalmente los usuarios?

No hay un perfil concreto de usuario. Se diversifica en varios sectores. En principio están los peques, preescolares, que acuden con su madre o su padre a leer allí o a llevar algún cuento para casa. Hay libros preciosos para esas edades, de 0 a 5, que muchos aún no saben leer. Luego están los estudiantes que demandan lecturas propuestas por el colegio o el instituto, y los que luego se aficionan a la lectura  llevan literatura juvenil apropiada para ellos. Otro sector son las personas mayores, sobre todo mujeres, amas de casa, viudas, jubiladas…a las que tenemos que contemplar un poco porque a veces están perdidas y no saben que llevar. Me hace gracia cuando algunas te dicen :  Qué tienes guapo por ahí…?, como si tuviésemos los libros escondidos, entonces les acompaño a la estantería y les enseño a buscar lo que les gusta o a otras les doy directamente el libro o autor que sé que no les va a defraudar. Por último están los usuarios fieles, asiduos, que ya saben lo que quieren y cada 15 días acuden a cambiar sus libros y a buscar sobre todo Novedades.

¿Aconsejas lecturas a tus usuarios?

Claro, como ya dije anteriormente, casi siempre. Como nací y viví en Sama conozco a la mayoría de la gente que va por allí, y al saber sus preferencias  me es mucho más fácil aconsejarlos. Somos como una gran familia. Hay mucha gente sola, sobre todo mayor, y me gusta orientarlos y a veces también escucharlos si tengo tiempo. Los bibliotecarios/as somos un poco de todo, hacemos de maestros, de asesores, de confidentes, de psicólogos…

Los bibliotecarios/as somos un poco de todo, hacemos de maestros, de asesores, de confidentes, de psicólogos…

Además de los servicios propios de la biblioteca (consulta, préstamo, información bibliográfica, etc.) ¿qué actividades suelen organizarse en la biblioteca?

Nuestras actividades suelen centrarse en la Semana del Día del Libro. Organizamos eventos variados y algunos fijos como el Concurso de Marcapáginas.

Suelen venir clases enteras de los colegios de la zona y ya es tradición desde hace muchos años. Hacen un dibujo en la Sala infantil y con el ganador se hace el cartel del Día del libro y los marcapáginas y también se les premia con un lote de libros. Luego el resto de dibujos  se exponen en la sala.

Otra actividad puntual es el Cuentacuentos para los niños de 0 a 3. Acuden con sus maestras y las bibliotecarias les leemos algún cuento, después interactuamos con ellos y les enseñamos la Biblioteca. Al final  les entregamos un carné especial para que vuelvan a visitarnos con sus padres y así los captamos como futuros lectores.

También se suelen proyectar películas basadas en libros, en colaboración con el área de imagen. Por la mañana del día 23 de abril se hace la ya famosa Lectura pública en el parque con los Colegios de la zona donde profes y alumnos leen fragmentos de algún libro clásico o del que ellos elijan. Si el presupuesto lo permite se suele invitar a algún escritor/a famoso a dar una charla. También hicimos varias presentaciones de libros, sobre todo de autores locales. Y hace tiempo tuvimos un taller de lectura y otro de escritura creativa. Colaboramos con algún colegio y con Cruz Roja y por medio de visitas programadas damos a conocer a los chavales la biblioteca y su funcionamiento, con talleres de formación e información y de promoción a la lectura.

Alguna ruta literaria también se hizo, sobre autores locales, éste último año sobre Manfer de la Llera.

Y el famoso Trueque en la calle, que sacamos de lunes porque es el día de mercado en Sama. También se hace anualmente una exposición de Literatura asturiana para dar a conocer a autores locales, en la Selmana de les Lletres Asturianes.

¿Cuáles dirías que son las principales carencias de la biblioteca?

Sobre todo las económicas. Vivimos momentos muy críticos en las bibliotecas, hasta el punto de tener que suspender algunos de los servicios que ofrecíamos. Nos quedamos sin publicaciones periódicas durante un tiempo. Los usuarios estaban acostumbrados a disfrutar de una amplia gama de revistas especializadas, de mucha calidad, que algunos no se podían costear, también los periódicos atraen a mucha gente, y en cuestión de novedades hubo carencias importantes… También vivimos situaciones difíciles en cuanto a falta de personal, tan sólo somos dos personas para un horario muy amplio : abríamos al público más de diez horas diarias, mas la Sala de estudio que se abría desde las 8.00 de la mañana hasta las 21.00 h. ininterrumpidamente, con la consecuencia de que si había una baja o un descanso de una de las 2 bibliotecarias se tenía que cerrar o quitar horas y esto generó muchas quejas que recaían sobre nosotras… Sufrimos la incomprensión de algunos políticos a los que la cultura no les “rentaba”, y eso genera mal ambiente y poca motivación…

¿Hasta qué punto la localidad en la que está ubicada, y la población que hace uso de ella, ha condicionado las actividades que se organizan?

Yo creo que esto es muy importante, pues tanto la colección bibliográfica como las actividades que se realizan en una biblioteca deben de estar ligados a los intereses y al nivel cultural de la localidad donde se encuentra. En el caso de Langreo no podemos olvidarnos que en los años 60 fue nombrado por la UNESCO el kilómetro más culto de Europa y en la actualidad se mantiene vivo ese carácter y esa inquietud cultural ; hay varias asociaciones que mantienen ese espíritu, como la de Cauce del Nalón, a la que pertenezco, que organiza todos los viernes en La Casa de la Buelga, conferencias, presentaciones de libros, actos musicales, talleres y demás eventos; también tenemos una tertulia literaria…Por tanto la Biblioteca debe estar a la altura de esa gran demanda cultural.

¿Hay alguna actividad que te haya producido especial satisfacción por la acogida que tuvo?

Recuerdo con mucho cariño una que hicimos en la Biblioteca Infantil. Fue gracias a Maria Rosa Serdio, maestra, escritora de Literatura Infantil y gran colaboradora en recitales y en actividades de promoción a la lectura,  aparte de una  buena amiga. Quiero destacar las donaciones de libros que hizo a la Biblioteca de Sama a lo largo del tiempo, libros nuevos, de gran calidad! Bueno pues por medio de ella tuve la suerte de conocer a la Directora de la Biblioteca Municipal de Chinchilla (Albacete), Luz del Olmo, gran profesional que nos donó ” Los molinos del saber ” una actividad preciosa para acercar el Quijote a los más pequeños, en la que se juega con los refranes y se van colocando en las aspas de los molinos de viento. Tuvo mucho éxito, por lo original y participaron muchos niños y niñas.

A lo largo de tu trayectoria, ¿qué persona o personas (usuarios, visitantes ilustres, etc.) te han llamado la atención?

Hubo muchas personas que me llamaron la atención por su talento, su trayectoria o su generosidad…pero no quiero dejar a nadie en el olvido y prefiero no dar nombres por ese motivo. Aunque sí deseo hacer mención a la persona de D. Eugenio Torrecilla, médico-pediatra, escritor y gran amante de la cultura, que residió en Sama. Tuve la suerte de conocerlo desde niña porque era un gran amigo de mis padres y le consideraba casi de la familia. Hombre solitario, de carácter difícil pero con un gran talento y sensibilidad para la literatura. Fundó en 1969 la Tertulia Literaria de Langreo a la que fue fiel durante 43 años y en la que participaban escritores y poetas como Alberto Vega, Ricardo Labra, Miguel Munárriz, Noelí Puente y el diseñador Helios Pandiella…que fundarían la editorial “Luna de Abajo”. Como divulgador cultural destacan sus conferencias y colaboraciones con las revistas culturales surgidas en Langreo como Cauce, Rey Lagarto y Arlequín. Hay una placa dedicada a él en la Biblioteca que le pusimos cuando aún vivía y le hicimos un pequeño homenaje entre sus pocos pero auténticos amigos; fue tras la inauguración de la Biblioteca en el año 1986 y allí está y me acompañó a lo largo de mi de profesión… siempre me sentí un poco “arropada” cuando en momentos difíciles miraba su placa y percibía vivo su espíritu literario.

¿Mantienes contacto habitual con tus compañeros de la Red de Bibliotecas? ¿Por qué canales?

A lo largo de estos años conocí personalmente a algunos de mis compañeros/as en ocasiones puntuales, como Congresos, Encuentros literarios o aquellos famosos Cursos de Formación en Perlora, organizados por la Sección de Coordinación Bibliotecaria que tan bien dirigía mi admirada Carmen Prieto. Allí interactuábamos más, pues convivíamos durante unos días y siempre aprendías cosas nuevas y lo mejor era la amistad que a veces surgía. Ahora tenemos más contacto por redes sociales o por medio del programa de trabajo Absysnet, son otros tiempos.

¿Sientes que tu trabajo es valorado?

Es curioso que me sienta más valorada ahora en mi cese laboral que cuando estaba en activo. O esa era la sensación que me daba. Procuré dar siempre lo mejor de mí ; fui “guerrera” cuando había que luchar para conseguir mejoras para la biblioteca, ante alguna injusticia (que las hubo). También  batallas perdidas, alguna incomprensión…pero el balance es positivo, yo siempre lo fui, y creo que fui querida y respetada por una gran mayoría, por lo que me marcho contenta y satisfecha de haber servido a muchos/as y de haberme dedicado a la profesión más maravillosa que conozco.

Creo que fui querida y respetada por una gran mayoría, por lo que me marcho contenta y satisfecha de haber servido a muchos/as y de haberme dedicado a la profesión más maravillosa que conozco

¿Cómo has ido viendo la evolución que ha ido sufriendo la profesión en estos años?

Cuando yo empecé usábamos para trabajar lapiceros, algún bolígrafo y una antigua máquina de escribir. Con ella se hacían las fichas catalográficas y se insertaban en una varilla dentro de los distintos cajones de unos ficheros de madera, que ahora estarán en algún museo (ja, ja). Para buscar algún libro o bien llamabas por teléfono a la Biblioteca de Asturias, o consultabas el último volumen actualizado del catálogo del ISBN. Los estudiantes hacían sus trabajos consultando el Espasa, el Larousse o cualquier otra enciclopedia y tenían que escribir y escribir sin parar y rápido porque a veces era ya la hora de cierre y no habían terminado. Así funcionamos durante un tiempo hasta que llegó la revolución digital y sobre todo internet. En las bibliotecas esto supuso un  cambio radical, tuvimos que reciclarnos y gracias a un gran esfuerzo y formación constante nos adaptamos a los nuevos tiempos.

¿Sigues manteniendo la ilusión y la vocación que te atrajo hasta la profesión de bibliotecaria

La vocación la tendré siempre pero la ilusión ya no es la misma. Con la edad vas sufriendo decepciones, sinsabores, y vas perdiendo un poco la fuerza y el interés del principio. También influyó la crisis, los recortes, la falta de interés de algunos políticos a los que la cultura parecía molestarles, y cuántas menos cosas hicieras y menos “guerra” dieras mucho mejor. Todo un poco te lleva al cansancio. Pero luego te compensa la otra parte que es el contacto diario con tu gente, con los lectores/as y con los niños/as y eso te salva.

Personalmente, y con la experiencia adquirida en este tiempo, ¿qué cosas cambiarías en caso de poder?

No sé, viendo cómo van evolucionando las cosas y los vertiginosos cambios en el mundo digital le daría un nuevo enfoque a las bibliotecas. Habría que modernizarlas un poco, convirtiéndolas en lugares atractivos donde conviviera la lectura con otro tipo de actividades, y dónde interactuasen las personas en juegos, talleres literarios…Potenciaría el ajedrez , que me parece muy importante y está un poco abandonado; en definitiva que hay que reinventarse y no dejar que se mueran, no pueden ser solamente Salas de estudio o sitios llenos de estanterías con libros cogiendo polvo. Evidentemente se necesitan ganas, buena voluntad y que los gobernantes colaboren económicamente.

 

(20 de diciembre de 2022)

 

 

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias