El libro y el pueblo. Un siglo de vida de la Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo de Castropol (1922/2022)
Javier García Herrero y Manuela Busto Fidalgo (ed.)
Trabe
248 págs.
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En 1922 un grupo de jóvenes universitarios funda en Castropol la Biblioteca Popular Circulante con el fin de fomentar la propagación de la cultura. Se inicia entonces una experiencia de una gran intensidad, primero en la villa de Castropol, pero pronto también en pequeños pueblos y aldeas, donde se ofrecieron conferencias, audiciones musicales, veladas literarias, sesiones de cuentos, proyecciones de cine, exposiciones, teatro, guiñol, concursos de música y canción tradicional, cursillos y ponencias de divulgación agropecuaria… Además, se articuló una red de catorce bibliotecas rurales, la más importante en la España de la época. Esta impresionante actividad fue bruscamente interrumpida por el golpe de estado de 1936 y la Guerra Civil.
Años después, en 1945, la actividad de la Biblioteca, municipalizada y rebautizada como Menéndez Pelayo, renace con dificultad, bajo los auspicios del Centro Coordinador de Bibliotecas de Asturias, cuyos dirigentes tomaron la acertada decisión de contar con Vicente Loriente Cancio, alma de la Biblioteca Popular Circulante, para dirigir los pasos de la Biblioteca en aquellos grises tiempos.
Con la muerte del dictador en 1975, los aires de libertad que corren por nuestro país también llegan a la Biblioteca, que afronta con renovado ánimo la nueva época. A principios de los noventa se da el gran cambio, con el traslado de la Biblioteca a sus actuales instalaciones y la apuesta de su dirección por un programa de actuación que aúna tradición e innovación, y que, cien años después, ha vuelto a situar a la actual Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo como referencia cultural en el medio rural de nuestra nación.
Que la biblioteca de un pequeño municipio alcance cien años es una noticia importante. Si, además, esta biblioteca llegó a ser, en sus primeros catorce años de vida, un modelo a nivel nacional, sufrió posteriormente el cierre y depuración motivados por la guerra civil y, tras retomar dificultosamente su actividad durante la dictadura franquista, vuelve a ser un referente cultural en el medio rural, seguramente nos encontramos ante una destacada aventura bibliotecaria.
Así lo creen los responsables de esta obra, Javier García Herrero, patrono de la Fundación Ría del Eo, y Manuela Busto Fidalgo, bibliotecaria de Castropol, que con la colaboración de un nutrido grupo de amantes de la Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo, hacen un repaso de los hitos más destacados en estos cien años de vida de la institución.