Seguir el rastro de un autor o los pasos de una obra que nos ha fascinado es algo que, lejos de ser una moda pasajera, han hecho multitud de lectores. Muchos anónimos y algunos más que conocidos. Embarquen por la biblioteca. Una aproximación a los viajes literarios, recientemente editado por Trea, da buena cuenta de ello. Por ejemplo, relata cómo, cuando Federico García Lorca estaba de gira con La Barraca por Galicia, se empeñó en ir a Padrón a visitar la casa en la que había muerto Rosalía de Castro, en aquella época convertida en un almacén de madera. O cómo algunos años antes, en 1905, Azorín decidió hacer a pie la ruta de don Quijote.
La periodista norteamericana Nellie Bly se propuso en 1890 seguir los pasos de Phileas Fogg y dar la vuelta al mundo no en ochenta días, como el célebre personaje de Julio Verne, sino en setenta y dos. Y otro ejemplo de viaje literario que también nos cuenta este volumen es aquel, cuando Dostoyevski y su hermano Mijaíl llegan por primera vez a San Petersburgo en 1837, una de sus primeras salidas, según refiere Henri Troyat, para ir en peregrinación al lugar donde Pushkin se había batido en duelo, y después fueron a visitar la antigua casa del poeta y la habitación donde había muerto. Así, se sitúa en esas primeras décadas del siglo pasado el momento en que algunos escritores (como Walter Scott o William Wordsworth) se convierten, por primera vez en la historia, en estrellas mediáticas y, unido a ello, surge el interés de los lectores por conocer los lugares donde transcurrieron sus vidas.
Lejos de ser un fenómeno nuevo o una tendencia pasajera, el especialista Jesús Arana Palacios analiza en este libro la figura del viajero literario, tomando al autor como modelo e inspiración, y dedicando uno de los capítulos al destino de dichos viajes, ya sean cafés, rutas, hoteles, cementerios, eventos o las casas natales, y a través de los cuales el lector busca la aproximación cómplice a sus escritores referenciales.
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, Arana Palacios ha trabajado desde 1988 en diferentes bibliotecas universitarias, especializadas y sobre todo públicas, siendo coautor del libro Leer y conversar: una introducción a los clubes de lectura (Trea, 2009), y colaborador de revistas como Revista de Occidente, CLIJ, o Príncipe de Viana.
En el ámbito profesional, ha sido primer presidente en funciones de la Asociación Navarra de Bibliotecarios (ASNABI), vicepresidente entre los años 1996 y 2002, y director la revista TK desde su primer número. Ha formado parte del comité organizador del III Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, del grupo asesor en materia de bibliotecas de la Federación Española de Municipios y Provincias, y ha impartido cursos a bibliotecarios sobre clubes de lectura en Navarra, Teruel, Málaga, Huesca, Madrid y Zaragoza, y ha sido invitado a encuentros de clubes de lectura de Cologno Monzese (Italia), Gran Canaria, Albacete, entre otros. Es autor de varios artículos sobre biblioteconomía y específicamente sobre clubes de lectura, de los que en Navarra ha sido uno de sus principales impulsores.
Buen conocedor tanto de las bibliotecas como de sus autores, así como de las inquietudes que mueven a cada lector, Arana abre con este libro las puertas a un viaje enriquecedor que no obliga a facturar más equipaje que el de los sentidos.
(23 de septiembre)