En un mundo mejor
Susanne Bier
Cameo, 2011
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Sinopsis
Anton es médico y divide su tiempo entre una pequeña ciudad idílica en Dinamarca y su trabajo en un campo de refugiados en África. En estos dos mundos tan diferentes, él y su familia se enfrentan a conflictos que les empujan a escoger entre la venganza y el perdón. Anton y su esposa Marianne tienen dos hijos, están separados y consideran la posibilidad de divorciarse. El mayor de sus hijos, Elias, de diez años, sufre el constante bullying de unos compañeros hasta que otro chico le defiende, Christian. La madre de Christian ha fallecido recientemente de cáncer y Christian no ha superado la pérdida. Elias y Christian no tardan en estar muy unidos, pero Christian involucra a Elias en un peligroso acto de revancha que puede acarrear consecuencias trágicas, una situación que además de poner a prueba la amistad que los une, también pone en peligro varias vidas.
Comentario
Esta película se convirtió en un éxito en la taquilla danesa en sólo tres semanas, causando sensación y dejando bien clara la calidad que la directora Susanne Bier tiene entre sus manos. Llegó a obtener también el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Esta cineasta nos tiene acostumbrados a películas que tratan sobre relaciones y sentimientos. Films como Cosas que perdimos en el fuego, Después de la boda, o Hermanos, son buenos ejemplos de lo que sabe hacer esta directora cuando se coloca detrás de la cámara. Aquí nos relata la relación entre los padres y los hijos en dos casos distintos, pero similares, donde hay factores que afectan a su relación, pero bajo diferentes prismas que alteran su realidad de manera particular. Al mismo tiempo es una película que intenta mostrarnos el lado más oscuro de la venganza. Explora las limitaciones con las que nos encontramos al intentar controlar la sociedad y nuestras vidas personales. Plantea la pregunta de si nuestra “avanzada” cultura es el modelo para un mundo mejor, o si la misma desorganización que produce la ausencia de leyes se agazapa justo debajo de la superficie de nuestra civilización. ¿Somos inmunes al caos o nos tambaleamos al borde del abismo del desorden, ajenos a la realidad? Pero dejando la lección moral al margen, es una buena historia dramática con una gran fuerza emocional, con unos paisajes más que destacables y un ritmo que, sin ocurrir demasiadas cosas, no termina por resultar pesado. A todo ellos hay que añadir unos actores que ofrecen una actuación más que eficiente.
(9 de abril de 2012)