“Las lecturas veraniegas que recuerdo con especial cariño están ligadas a la infancia, que es cuando se lee siempre montado en la rama más alta del cerezo”
¿Qué está leyendo en estos momentos?
Releo Fuera de casa, de Eugenio Montale; y sigo subrayando y entrañando Saviesa grega arcaica, publicada por Adesiara en catalán: todos los fragmentos de los presocráticos. Esto me ha llevado a picotear, una vez más, en La Odisea de Homero, en este caso en la traducción -espléndida y asturiana- de Xosé Gago.
¿Suele reservar libros para el verano porque éstos sean más ligeros o, al contrario, porque sean más densos y tenga más tiempo disponible para leer?
Leer forma parte de mi trabajo y de mi costumbre. La ligereza o la gravedad es una cuestión azarosa no sometida a razones climatológicas.
¿Recuerda con especial cariño alguna de sus lecturas estivales?
Están ligadas a la infancia, que es cuando se lee siempre montado en la rama más alta del cerezo. La cabaña del Tío Tom.
¿El verano es para usted una época de escribir, o más bien de descansar?
Depende del año. Ahora mismo estoy escribiendo un ensayo lírico sobre la Revolución del 34 en Asturias.
(21 de agosto de 2012)