Los clubes de lectura de la ONCE de Oviedo: “Para sentir no hace falta ver”

El Servicio Bibliográfico de la ONCE, enriquecido por contenidos en braille informatizado o en el novedoso formato DAISY, permite a las personas ciegas o con discapacidad visual severa disfrutar del placer de la lectura, ajustándose a las necesidades y a las circunstancias de cada lector. Un importante y necesario avance que en Oviedo ha posibilitado la creación de un club de lectura que visitamos y en el que recientemente participaba el escritor Fulgencio Argüelles.

El manejo de los silencios; el valor tan significativo que adquiere la circunstancia de escuchar al otro y respetar sus tiempos de exposición; el profundo agradecimiento al escritor por haber sido capaz de provocar en ellos sensaciones especiales; y la implicación con los hechos narrados. Estas son solo algunas de las apreciaciones que el autor de El palacio azul de los ingenieros belgas destacó tras compartir una tarde con el club de lectura que, desde 2011, la ONCE organiza en Oviedo. Una actividad que puede resultar cuanto menos sorprendente y que, sin duda, es una labor encomiable que enriquece tanto a los participantes como al escritor quien, tras esta experiencia, se comprometió a pensar más en estos lectores tan especiales a la hora de escribir sus libros. Un encuentro provechoso y estimulante, en el que aprovechamos para conocer el valioso trabajo de ONCE a lo largo de sus tres cuartos de siglo de historia, y, en concreto, la pasión que, día a día, ponen sus promotores.

 

Las bibliotecas de la ONCE

En los 75 años de existencia que la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) celebra en 2013, ha construido un sistema de prestación social para personas con ceguera o discapacidad visual severa sin equivalente en ninguna parte. Y entre sus muchos propósitos está el de “leer en su concepción más amplia, leer lo más posible en el formato que más nos guste. Por placer, por estudios o por trabajo. En braille, en archivo electrónico, en una página web o en audio. En casa, de camino a la facultad o en un avión. Del modo más adecuado y que más se ajuste a las necesidades del lector con ceguera o deficiencia visual grave”.

Para dar respuesta a esta necesidad, la Organización cuenta con un servicio especializado que se encarga de adaptar en braille, en relieve y en audio digital, obras literarias, textos educativos y para el empleo, material gráfico o señalética, priorizando la adaptación con finalidad educativa y laboral, el interés de la obra y la demanda sus afiliados. Y, para la coordinación de este servicio, está el Servicio Bibliográfico de la ONCE, con sedes en Madrid y Barcelona, aunque la red de adaptación bibliográfica se extiende por todo el territorio nacional, prestando de esta forma un servicio descentralizado y especializado con el fin de cubrir las necesidades puntuales que demandan los afiliados de la zona, como pudiera ser la transcripción de libros y apuntes para estudiantes, la copia de artículos, o la adaptación de planos en relieve, además de las demandas de la propia institución. Un ejemplo de ello es la producción de revistas, de forma similar a los libros, que tienen como finalidad acercar a los distintos grupos de edad de personas ciegas y deficientes visuales, en sistema braille, sonoro o en formato electrónico, temas de actualidad, deportes, literatura, ciencia, viajes, etc.

Pero no solo eso: las personas ciegas y deficientes visuales también pueden acceder a toda esa información bibliográfica adaptada a través de un servicio bibliotecario que comprende una Biblioteca Central y una Red de Bibliotecas Territoriales, a las que hay que añadir una biblioteca digital que favorece el acceso a la cultura convencional y, en particular, a los libros y revistas de la Organización. De esta manera, el usuario puede disponer en cualquier momento de la obra que le interese de los catálogos de la ONCE, bien en braille informatizado, bien en el novedoso formato DAISY.

 

Los libros sonoros en DAISY

Una de las grandes herramientas para favorecer la lectura a las personas invidentes o con graves discapacidades visuales es el formato DAISY que logra obtener unos libros hablados digitales que permiten a las personas ciegas, no solo saltar a golpe de tecla de un capítulo a otro, de un subcapítulo a otro, o de un apartado a otro, sino además ir a una página determinada sin tener que pasar por todas las anteriores, o marcar puntos de lectura a los que quieren volver más tarde, o incluir sus propias notas, entre otras posibilidades. Y es que, desde su fundación en 1996, la ONCE es miembro de pleno derecho del Consorcio DAISY, colaborando en la creación de este nuevo estándar internacional de documento accesible que, hoy por hoy, es la tecnología de accesibilidad más usada en el mundo.

En la actualidad, el amplio catálogo de la ONCE no solo incluye libros de texto o de temáticas escolares y universitarias, sino también una gran selección de literatura, tanto clásica como de actualidad. Para ello realiza grabaciones a cargo de actores o locutores, que se ofrecen en este nuevo formato que permite su audición tanto en el ordenador como en dispositivos adaptados, y que, además, los preserva de posibles piraterías o usos inadecuados. Una herramienta de la que dan buena cuenta experiencias como la del Club de Lectura de ONCE en Oviedo.

 

El club de lectura de Oviedo

La ONCE organiza para todas las personas afiliadas a su organización actividades socioculturales y deportivas; desarrolladas por áreas, dentro de la cultural destacan los talleres o clubes de lectura. El objetivo fundamental de estos clubes es el acceso individual o colectivo de las personas ciegas o deficientes visuales a todo tipo de expresión cultural mediante su participación activa y la utilización de las adaptaciones necesarias para acceder a los contenidos. En el caso del taller de lectura de Oviedo, la experiencia se inició en otoño de 2011, siendo su impulsora Belén Lastra, coordinadora del taller.

La lectura, como parte de la vida cotidiana, es una actividad muy arraigada en el colectivo de personas ciegas. A su vez, la oportunidad de conocer y charlar con el escritor de una obra leída es, para los participantes, muy gratificante y estimulante y favorece un conocimiento más amplio y profundo del autor y su obra. Así, el diseño es similar a los organizados por otras asociaciones, instituciones o grupos literarios, con la única variante del soporte, de tal manera que los participantes del taller bien leen en braille o bien en libro hablado o audio libro.

Tal y como explica Belén Lastra, los invidentes o personas con grave deficiencia visual son grandes lectores: “Hay otros medios audiovisuales que están adaptados, pero que no son tan accesibles como los libros. Así que un día, aprovechando una actividad ya existente en la ONCE en Oviedo, se propuso la realización de este grupo. Todos los meses proponemos un libro, habitualmente que esté en formato audio y braille, y al mes siguiente nos juntamos y comentamos nuestro parecer sobre el mismo. En ocasiones analizamos el texto con detenimiento y discutimos su interpretación, y otras nos sirve de partida para una tertulia sobre alguna idea que aparece en el libro y la vida misma. La mayoría de los participantes en el grupo son gente mayor pero con una afición a la lectura muy arraigada. Con lo que aportan la sabiduría que los años y la vida les ha ido dejando”.

Es un club de lectura cuya filosofía va más allá que los clubes convencionales. “Creo que hay dos visiones fundamentales”, indica Belén. “Una que era la mía en origen: simplemente compartir una pasión. Leer es algo que habitualmente hacemos en solitario, pero ponemos a menudo tanta pasión que necesitamos compartirlo con los demás. Así que esto era una actividad pensada específicamente para personas que comparten una discapacidad visual, y todos los libros propuestos eran accesibles. Además, también sirve para mejorar la comunicación entre personas que a lo mejor no tienen la costumbre de expresarse respecto a temas no cotidianos. Esto nos hace compartir experiencias vividas de otros tiempos, de otras situaciones muy diferentes a las actuales. Y de hablar, si apetece, de otras realidades. Por ejemplo, un día discutimos del amor o de la pasión. Otro de guerras y hambrunas. Es muy enriquecedor recordar experiencias y pensamientos que, a lo mejor, afortunada o desafortunadamente, ya no están en el día a día de estas personas.”

El club de lectura nos permite compartir experiencias vividas de otros tiempos, de otras situaciones muy diferentes a las actuales”

En marcha desde hace dos años, y estructurados en reuniones de carácter mensual, los talleres han servido para debatir un buen número de obras literarias de diversa temática y procedencia. Desde autores españoles, como Miguel Delibes, de quien está disponible la totalidad de su obra; a hispanoamericanos, como García Márquez y su Crónica de una muerte anunciada; sin olvidar a asturianos, como Fulgencio Argüelles con El palacio azul de los ingenieros belgas. Pasando por traducciones de escritores extranjeros, como La perla de John Steinbeck, o Seda de Alessandro Baricco. “Generalmente buscamos libros cortos y en ambos formatos -braille y audio- para no cerrar el acceso a la lectura a nadie”. Ejemplo del trabajo de estos talleres fue la lectura del Cuento de Navidad de Dickens, el curso pasado, y la visita de Juan José Lage al taller como apasionado y especialista en este autor. “Pasamos un rato estupendo y muy ameno en el que nos contó multitud de anécdotas de Dickens y su obra, además de darnos una pincelada general sobre el autor”. Y, más recientemente, la de Fulgencio Argüelles, para quien esta propuesta es de lo más positiva: “Valoro mucho la iniciativa de ONCE en promover estos talleres y, sobre todo, en ampliar continuamente la traducción de obras literarias a su lenguaje”.

 

Argüelles: “Fue muy emocionante escuchar cómo una persona leía mi libro desde su ceguera absoluta”

Al igual que en otros talleres o grupos de lectura, toda vez que habían trabajado sobre El palacio azul de los ingenieros belgas, el encuentro consistió en exponer por mi parte los fundamentos de la novela, así como anécdotas o dificultades en la construcción de la obra, y por parte de ellos comentar, expresar opiniones y sensaciones o sentimientos, plantear preguntas…”, comenta Argüelles tras esta experiencia no exenta de sorpresas. “Me sorprendió el manejo de los silencios, el valor tan significativo que adquiere la circunstancia de escuchar al otro y respetar sus tiempos de exposición. Me sorprendió su profundo agradecimiento al escritor por haber sido capaz de provocar en ellos sensaciones especiales. Me sorprendió su implicación con los hechos narrados, sobre todo cuando estos se referían a “lo que ocurre dentro de cada uno” más que a las circunstancias externas…

Les interesaba mucho saber qué pensaba yo de ellos, de su circunstancia. Querían saber si yo sabía que ellos existen”

Observador e inteligente como es el autor nacido en Orillés, no deja tampoco de valorar las ricas singularidades que aportan los participantes de los talleres a la interpretación de las obras: “A diferencia de otros lectores, va más enfocada a los sentimientos que a las imágenes, salvo cuando éstas se refieren a la descripción de la naturaleza. Agradecen mucho la descripción de una flor, o de la lluvia o del movimiento de las ramas de un árbol. Pero agradecen sobre todo la descripción de sensaciones con las que se pueden identificar. Para sentir no hace falta ver. Atienden especialmente a los ritmos, a la musicalidad de las palabras, algo que yo trabajo en mis libros y que ellos han sabido reconocer más que otros lectores. Unos leyeron en su sistema de lectura por puntos, otros escucharon. Me entregaron un capítulo en su forma de escritura y fue muy emocionante escuchar cómo una persona leía mi libro desde su ceguera absoluta y con una entonación y un ritmo perfectos. Sus preguntas no se dirigían tanto a los hechos narrados, al argumento, como a la forma de expresión, al poder de la comunicación a través de la palabra. Les interesaba mucho saber qué pensaba yo de ellos, de su circunstancia. Querían saber si yo sabía que ellos existen. Y me comprometí, después de esta experiencia, a pensar más en ellos a la hora de escribir mis libros”.

Un encuentro enriquecedor para todos los participantes, que pone aún más de relieve la importancia de la pasión y de la sensibilidad para ampliar los horizontes de la vida cotidiana. Una iniciativa más que admirable.

 

(6 de junio de 2013)

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Sobre el autor

Red de Bibliotecas Públicas del Pdo. de Asturias