Emilia Pardo Bazán
Los Pazos de Ulloa
Alianza Editorial
312 Págs.
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El díptico narrativo formado por Los Pazos de Ulloa y La madre naturaleza constituye, sin duda alguna, la obra más célebre de Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Si bien la novela provocó un gran escándalo a su publicación, en 1886, debido a su adscripción al naturalismo, la crudeza de las situaciones y sus descripciones se aúnan en ella con una delicada sensibilidad para el paisaje y con una decidida voluntad de descubrir, mediante el artificio novelesco, las dimensiones ocultas de la condición humana.
Son tres los grandes temas que Pardo Bazán expone en la novela: una visión cruda —naturalista— del campo gallego; el contraste entre la vida en la aldea y la vida en la ciudad; y la corrupción del sistema electoral basado en el caciquismo y en la ignorancia. Los temas segundo y tercero sirven de complemento al primero, que constituye el eje básico de la novela.
La sordidez de la vida en los pazos, donde los criterios morales parecen estar ausentes, y los desmanes de la vida rural son descritos con crudeza. Es frecuente en la autora el recurso constante a las razones ambientales, fisiológicas y médicas para explicar conductas, aunque sin llegar a un completo determinismo.
En la misma línea naturalista hay que situar el enfrentamiento entre la ciudad y la aldea. La novela simboliza el triunfo de esta última, con un Perucho vestido elegantemente, según la costumbre tradicional que exige que la sucesión nobiliaria siga la línea masculina. La hija legítima, sin embargo, va pobremente vestida, como si no fuera hija del marqués. Sabel, la mujer de la aldea, permanecerá en la casa, mientras que la mujer de la ciudad, Nucha, será tachada de infiel y morirá a causa de su debilidad física pocos meses después. Ha sido la concubina, y no la mujer legítima, quien ha dado un hijo varón al señor semifeudal. Pero, por otro lado, el triunfo de la aldea y de la naturaleza supone también el triunfo de la barbarie y de la injusticia. La novela adquiere en este punto, aunque no de una manera explícita, un tono agudamente crítico. La farsa en que se convierten las elecciones y la amoralidad como criterio de conducta son ejemplos significativos.
Por último, se presenta la crítica del caciquismo como sistema político imperante en el mundo rural (si bien impulsado desde la también corrupta ciudad). Pardo Bazán plasma con fuerza inusitada los turbios manejos de los caciques de uno y otro bando; la beligerancia de buena parte del clero, que por su condición debiera permanecer neutral y se convierte, sin embargo, en agente principal de una de las facciones; la crueldad de los pistoleros a sueldo que emplean sin recato ambos bandos y hacen gala de una total falta de escrúpulos para llevar a cabo toda clase de engaños electorales, etc.
Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-Madrid, 1921) Escritora española. Hija de los condes de Pardo Bazán, título que heredó en 1890, se estableció en Madrid en 1869, un año después de contraer matrimonio. Asidua lectora de los clásicos españoles, se interesó también por las novedades literarias extranjeras. Se dio a conocer como escritora con un Estudio crítico de Feijoo (1876) y una colección de poemas, publicados por F. Giner de los Ríos.
En 1879 publicó su primera novela, Pascual López, influida por la lectura de Alarcón y de Valera, y todavía al margen de la orientación que su narrativa tomaría en la década siguiente. Con Un viaje de novios (1881) y La tribuna (1882) inició su evolución hacia un matizado naturalismo. En 1882 comenzó, en la revista La Época, la publicación de una serie de artículos sobre Zola y la novela experimental, reunidos posteriormente en el volumen La cuestión palpitante (1883), que la acreditaron como uno de los principales impulsores del naturalismo en España. Frente a los principios ideológicos y literarios de Zola, Pardo Bazán acentuaba la conexión de la escuela francesa con la tradición realista europea, lo que le permitía acercarse a un ideario más conservador, católico y bienpensante. De su obra ensayística cabe citar, además, La revolución y la novela en Rusia (1887), Polémicas y estudios literarios (1892) y La literatura francesa moderna (1910), en las que se mantiene atenta a las novedades de fines de siglo en Europa.
El método naturalista culmina en Los pazos de Ulloa(1886-1887), su obra maestra, patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia, y su continuación La madre naturaleza(1887), fabulación naturalista que, al contrario que en Pereda, demuestra que los instintos conducen al pecado. Asimismo, Insolación (1889) y Morriña (1889) siguen insertos en la ideología y en la estética naturalista.
Con posterioridad, evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo, patente en Una cristiana(1890), La prueba (1890), La piedra angular (1891), La quimera (1905) y Dulce sueño (1911). Esta misma evolución se observa en sus cuentos y relatos, recogidos en Cuentos de mi tierra (1888), Cuentos escogidos (1891), Cuentos de Marineda (1892), Cuentos sacroprofanos (1899), entre otros. También es autora de libros de viajes (Por Francia y por Alemania, 1889; Por la España pintoresca, 1895) y de biografías (San Francisco de Asís, 1882; Hernán Cortés, 1914).
(Biografía extraída de Biografias y Vidas)