Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963) es un asturiano que pasó su primera infancia en Colombia, estudió en Nueva York y amó los bares de Malasaña. Ahora vive en Cercedilla, donde su vida social “no es trepidante, pero la cuenta con mucho entusiasmo”. Aunque tiene fama de golfo, lo cierto es que se levanta a escribir a las cinco de la mañana y no se mueve de la silla hasta la hora del vermut. Escribe a mano y a máquina, con una Olympia que le regaló Chavi Azpeitia, y el resto del día lo dedica a ”leer, conspirar, maquinar, seducir top-models, dormir la siesta, hacer artículos y perseguir quimeras sólo para fastidiar al rey y cosas así de entretenidas”.
Autor de Manual de literatura para caníbales (uno de esos libros que cualquier amante de la literatura debería tener siempre en la mesita), padre del Benito Viruta de Guapa de Cara, y responsable, entre otros, de Sangre a borbotones (Premio de la Crítica de Asturias) y Autobiografía de Marilyn Monroe, escribió sus “sentencias” literarias en su En primera estancia en El Mundo, fue nombrado redactor jefe de la sección de Participación de Público, y actualmente enseña Literatura en la escuela de creación literaria Hotel Kafka. En su última novela, Lo que no está escrito, Reig nos cuenta una historia de terror familiar, con la Sierra de Madrid y un manuscrito de por medio.
Es difícil hablar de Lo que no está escrito sin destriparla, por lo tanto díganos qué es lo que podemos saber de la novela.
Es un triángulo con tres vértices: un padre y un hijo en una excursión por la montaña; la madre de ese niño, en su casa, leyendo el manuscrito de una novela que ha escrito el padre; la propia novela escrita por el padre, en la que hay una banda de criminales que cometen un secuestro.
¿Un thriller familiar, una novela de terror íntimo o un libro que produce malestar?
En el interior de ese triángulo están esas tres cosas y algunas otras. Es una novela poco complaciente, es verdad: produce incomodidad, porque a menudo el lector podría reconocerse donde menos lo esperaba y menos le gustaría.
¿La historia de Lo que no está escrito se hizo la encontradiza con usted?
Sí, apareció como un desafío, el de crear una tensión creciente y que no se resolviera en el sentido que el lector podría esperar. Eso me llevó a bucear un poco en el légamo que hay en el fondo, bajo las aguas diáfanas de la vida familiar.
escribir es para mí ponerse en los zapatos de otro, ver el mundo desde otro sitio, hacer ese esfuerzo por reconstruir una identidad diferente de la tuya”
escribir es para mí ponerse en los zapatos de otro, ver el mundo desde otro sitio, hacer ese esfuerzo por reconstruir una identidad diferente de la tuya”
Usted dice que en este libro no plasma su visión del mundo, sino la de unos personajes que ni si quiera le caen bien…
Es más o menos cierto, escribir es para mí ponerse en los zapatos de otro, ver el mundo desde otro sitio, hacer ese esfuerzo por reconstruir una identidad diferente de la tuya. Eso es precisamente lo que ninguno de los personajes hace, todos están ensimismados, cargados de razón, incapaces de ver y amar a cualquier otra persona, ya que su único amor correspondido es el amor propio.
¿Querer a quien menos nos conviene nos convierte en héroes?
Por supuesto y también deja fuera de discusión nuestros sentimientos. Querer a alguien que te conviene, con dinero, posición, belleza y todo lo que pudieras desear, convierte tu amor en sospechoso. En cambio, quien quiere en contra de toda razón o utilidad se enaltece a sus propios ojos. A menudo, al querer a alguien que no le conviene, uno sólo se quiere a sí mismo, la heroica imagen de sí mismo queriendo a esa persona.
¿Hay más vísceras en la novela negra de extorsión y bajos fondos que escribe Carlos o en la novela sobre los rencores en las relaciones de pareja que escribe usted?
Hay las mismas vísceras: corazones destartalados, deshabitados; estómagos insaciables; hígados llenos de alcohol y remordimientos; pulmones devastados por la ambición y órganos sexuales que laten en el lugar del corazón.
¿Sabe por qué su amigo Antonio Orejudo dice que, de todas sus novelas, ésta es la que le gustaría haber escrito?
Imagino que pretende que le invite a cenar. También quizá porque es la menos expresiva, en la que menos me desahogo y más me sujeto a lo que exige la propia narración.
Si tuviese que rescatar uno de los personajes de Lo que no está escrito para que apareciera en su siguiente trabajo, ¿a cuál escogería?
Sin duda a Toni Riquelme y a su novia Trini, esa pareja de ambiciosos desesperados y echados a perder me inspira compasión y simpatía.
Escribir y leer, como querer y ser querido, como la vida misma, no es más que un malentendido”
Escribir y leer, como querer y ser querido, como la vida misma, no es más que un malentendido”
¿Los escritores van dejando pistas para otros en sus libros como hace Carlos con Carmen en Lo que no está escrito o es simple cuestión de interpretación del lector?
Son las dos cosas. Los escritores dejan pistas para algunos lectores, pero ellos siempre las pasan por alto y toman por señales otras cosas que no están allí dirigidas a ellos ni significan nada, sino por pura casualidad. Escribir y leer, como querer y ser querido, como la vida misma, no es más que un malentendido.
La falta de comunicación y entendimiento entre padre e hijo es otro de los pilares de la novela.
Sí, pero es una más de las formas de incomunicación y malentendido que aparecen en la novela. Es dudoso que dos personas logren entenderse alguna vez o comunicarse, en el sentido de que ambos sientan como real el amor del otro.
¿Siempre nos hace más daño quien más queremos? ¿Tenemos al enemigo en casa?
No siempre, pero, si alguien puede hacernos más daño es el que mejor nos conoce. Da más miedo el daño que te pueda hacer quien te quiera, o a quien tú quieras, que el que te pueda hacer un malvado desconocido.
¿La Sierra de Madrid es un lugar terrorífico?
Es un lugar maravilloso, yo paseo casi todas las mañanas por el monte. Sin embargo, me aterraría estar allí solo de noche: lo bello y lo siniestro siempre han estado unidos.
¿Sigue escribiendo bajo coacción (prohibiéndose cada día tomar el primer JB hasta que no haya acabado 5 folios)?
Sí, porque soy incapaz de escribir en cuanto me tomo una copa. Como Nabokov, escribo con la espina dorsal, no con el corazón.
¿Qué es Hotel Kafka?
Una conspiración. Un grupo de amigos, escritores, músicos, gente de cine, etc., que nos reunimos para enseñar y aprender, para tomar copas, para charlar, para hablar de libros, discos o películas, y sobre todo para conspirar y hacer posible una relación diferente con las artes.
El capitán Carpeto, Benito Viruta, Carlos Clot, la saga de los Belinchones… ¿siente nostalgia de alguno de sus personajes?
De casi todos, pero sobre todo de Javier Bloque, el protagonista de mi primera novela, un chaval tonto y torpe que decide hacerse un hombre incumpliendo, por su orden, los diez mandamientos.
¿Manual de literatura para caníbales es la venganza de un subversivo profesor de literatura española o la obra de un escritor kamikaze?
Ambas cosas y otra más importante: es la confesión de un enamorado de la literatura que cuenta con detalle su pasión.
¿Cree que algún día la enseñanza en este país será tan valiente como para poner este libro de lectura obligatoria en los institutos?
Ya lo es. Perdón, no lo es la enseñanza, pero ya lo son muchos profesores, con los que me encuentro y me cuentan que se lo han hecho leer a los estudiantes y que se lo han pasado en grande.
Para todos los que echamos de menos su En primera instancia, díganos a un escritor que condenaría y otro al que liberaría de los calabozos.
Ahora mismo condenaría a Johnatan Franzen, que me parece un tostón reaccionario y machista. Salvaría a Melville, un gran escritor condenado a ser conocido por un cuento (Bartleby el escribiente) que es hasta dudoso que sea suyo, y de quien nadie lee en cambio sus grandes obras.
¿Sobre qué escribirá en eldiario.es?
Sobre lo que quieran los lectores: responderé a sus cartas, como hacía en Público. Me temo que me sugerirán muchos asuntos políticos, pero ya veremos.
es raro el día que no voy a una biblioteca pública a devolver libros y sacar otros. Leo caprichosamente, lo que me seduce en las estanterías, y ése es un lujo que sólo las bibliotecas permiten”
es raro el día que no voy a una biblioteca pública a devolver libros y sacar otros. Leo caprichosamente, lo que me seduce en las estanterías, y ése es un lujo que sólo las bibliotecas permiten”
¿Qué le hará al próximo periodista que le pregunte si la novela ha muerto?
Le diré que sí, que ha muerto, pero que no se preocupe, que él no la va a echar de menos.
¿Qué es una biblioteca para Rafa Reig?
Un hogar. Yo no tengo libros en casa (me he mudado demasiadas veces y además no me gusta tenerlos), así que es raro el día que no voy a una biblioteca pública a devolver libros y sacar otros. Leo caprichosamente, lo que me seduce en las estanterías, y ése es un lujo que sólo las bibliotecas permiten. Además, como muchos hombres, tengo una fijación erótica con las bibliotecarias, así que hay pocos lugares donde esté más a gusto. Si sirvieran copas y hubiera sala de fumadores, se parecería a mi idea del paraíso.
(26 de octubre de 2012)