Nombre y apellidos: Rosa Rubio Domínguez
Nombre de la biblioteca: Biblioteca Pública Municipal “Bernardo Álvarez Galán”
Localidad: Salinas
Número de habitantes de dicha localidad: 4.517
¿Cuántos años llevas trabajando como bibliotecaria? ¿Y en esta biblioteca?
Como bibliotecaria, veintiséis años. Y en esta biblioteca, veintiuno.
¿Y desde cuando está funcionando esta biblioteca?
Como biblioteca pública municipal, desde los años cincuenta.
¿Qué te atraía de esta profesión?
Desde que era pequeña y frecuentaba la biblioteca pública de Avilés, envidiaba a las personas que hacían su trabajo entre libros, en ese ambiente de silencio, de curiosidad intelectual. Cuando tuve que buscar una salida laboral tras terminar mi carrera de Filología Hispánica y apareció una oposición a biblioteca universitaria entre ellas… ni lo dudé. Fue el comienzo de una aventura profesional que siempre me ha hecho sentir una privilegiada. Soy de esas personas que trabajan en lo que les gusta.
¿Qué particularidad destacarías de tu biblioteca?
Que, a pesar de ser muy reducida de espacio, está llena de luz natural, con grandes ventanales que parecen invitar a entrar a todo el que pasa por la calle. Y que es muy alegre. Tiene vida.
¿Qué reseñarías acerca de la ubicación y del edificio de la biblioteca?
La ubicación no puede ser mejor: en el centro neurálgico del pueblo, y sin ningún problema de accesibilidad. Lo peor: que increíblemente comparte uno de sus laterales acristalados con la cafetería del centro de jubilados. Y la única pared ciega tiene uso de frontón, que intentan regular con horarios, pero que causa problemas y desperfectos en esa fachada.
¿Qué perfiles de usuarios recibe (edades, demanda…)?
El mayor grupo de usuarios lo representan las familias con niños pequeños, pues vienen todos juntos a escoger libros, a leer, y a las numerosas actividades que organizamos para ellos.
Los usuarios infantiles son sin duda los reyes de esta biblioteca. La zona infantil está delimitada con un adecuado y colorido mobiliario que capta su atención nada más entrar y que hace que se sientan muy a gusto en ella.
Otro gran grupo de usuarios son los jubilados que diariamente acuden a leer la prensa y ocasionalmente a sacar algún libro.
Y, por último, los adultos y jóvenes que utilizan el servicio de préstamo con asiduidad y, sobre todo los últimos, la sala de estudio.
Además de los servicios propios de la biblioteca (consulta, préstamo, información bibliográfica, etc.) ¿qué actividades suelen organizarse en la biblioteca?
Los viernes por la tarde están dedicados al público infantil, a las familias en su conjunto.
Casi todas las semanas del curso tenemos cuentacuentos, teatro infantil, etc. Ya es algo habitual y ello hace que cada año se adhieran más familias, incluso de localidades cercanas.
En cuanto a las actividades para adultos, los talleres semanales de teatro y creación literaria gozan de tal aceptación que ya son insuficientes para atender las peticiones de matrícula.
¿Cuáles dirías que son las principales carencias?
La falta de espacio nos obliga a hacer un continuo expurgo del fondo, que no siempre desearíamos.
La escasez de novedades bibliográficas, limitadas en los últimos tiempos a dos envíos al año, hace que se pierda la ilusión entre los habituales usuarios del préstamo.
¿Qué demandan especialmente los usuarios?
Más frecuencia en la adquisición de novedades bibliográficas, sobre todo los adultos.
¿Hasta qué punto la localidad en la que está ubicada, y la población que hace uso de ella, ha condicionado las actividades que se organizan?
Salinas tiene una población infantil muy importante. Aquí viven muchas familias con niños pequeños. Esto hizo que pusiéramos especial énfasis en las actividades dirigidas a ellos.
Otro aspecto relevante es el gran número de padres y madres con nivel profesional y cultural alto, que se han comprometido en la labor que desempeñamos, colaborando activamente y haciendo que podamos llevar a cabo un gran número de actividades sin apenas presupuesto económico para ello. Esta colaboración es el mayor logro y el mayor orgullo de esta biblioteca. Sin duda.
Por otra parte, al tener una población bastante diseminada por la abundancia de casas unifamiliares en la localidad, la biblioteca ejerce de centro neurálgico, donde muchos vecinos se encuentran y comparten actividades culturales.
¿Hay alguna actividad que te haya producido especial satisfacción por la acogida que tuvo?
Este curso pasado comenzamos tímidamente y por primera vez algunas actividades para adolescentes. Todos somos conscientes de que, llegados a cierta edad, los niños y niñas suelen desvincularse de la lectura. Ver cómo se nos “perdían para la causa” esos chavales que habíamos “cultivado” durante años, era una espina que tenía clavada desde hace tiempo.
Por ello nos lanzamos a organizar un taller de teatro juvenil y otro de creación literaria, que sorprendentemente tuvieron gran acogida desde el principio. Son grupos poco numerosos aún, pero todo lo grande nace pequeño. Ha sido y será un objetivo prioritario a partir de ahora, en el que seguiremos poniendo toda nuestra ilusión y empeño.
A lo largo de tu trayectoria, ¿qué persona o personas (usuarios, visitantes ilustres, etc) te han llamado la atención?
Seamus Heaney, el nobel de literatura irlandés, recientemente fallecido, que tuvo la generosidad de apadrinar nuestro proyecto de animación lectora “Salinas, un Pueblo de cuento” por su gran cariño a nuestra localidad en la que veraneó durante treinta años. Atendió nuestra solicitud con un cariño que nos emocionó, dedicándonos incluso un texto que ya es un hito en la historia de esta biblioteca. Pero quiso ir más allá en su afecto, visitándonos por sorpresa con ocasión de su asistencia al Ciclo de la Palabra del Centro Niemeyer, de Avilés, en abril de 2013. Se presentó en medio de una función que habíamos dedicado a su figura y su obra, y compartió con nosotros, con todas las familias que habían acudido aquel viernes, unas horas mágicas entre poesías, canciones y bailes irlandeses donde le vimos emocionarse hasta las lágrimas.
Su repentino fallecimiento poco tiempo después, nos entristeció enormemente pero, al mismo tiempo, su presencia perdió los límites de la distancia física. Le hemos nombrado nuestro “Eterno Salinero de Honor” porque ya siempre estará ligado a nosotros por esa “historia de amor entre un Nobel y una biblioteca de pueblo”, como tituló la Revista Biblioasturias el precioso artículo que le dedicó.
Hay algún proyecto que aún no hayas podido realizar y que tengas siempre en mente? ¿Cuál es y en qué consistiría?
Hasta hoy he realizado todo lo que había imaginado, que se resume en que la biblioteca sea un foco de cultura y que la población la sienta como algo muy suyo.
¿Mantienes contacto habitual con tus compañeros de la Red de Bibliotecas? ¿Por qué canales?
Echo de menos las reuniones que teníamos hace años donde nos encontrábamos todos los bibliotecarios asturianos para compartir experiencias e ilusiones. Volvía siempre con las pilas cargadas al comprobar la categoría profesional y vocacional de mis compañeros.
Actualmente les sigo a través de las webs de bibliotecas y de publicaciones como Biblioasturias.
¿Sientes que tu trabajo es valorado?
Absolutamente.
El cariño y agradecimiento de los usuarios es mi mayor recompensa y al mismo tiempo el acicate para seguir trabajando lo mejor que pueda.
El cariño y agradecimiento de los usuarios es mi mayor recompensa y al mismo tiempo el acicate para seguir trabajando lo mejor que pueda
¿Como has ido viendo la evolución que ha ido sufriendo la profesión en estos años?
Creo que he vivido dos etapas importantes en este oficio.
La primera nos sacó a la calle, por así decirlo. Custodiar el fondo y esperar al usuario, dio paso a captar al público y hacer visibles los servicios por todos los medios a nuestro alcance.
Actualmente ha comenzado otro cambio importantísimo que seguramente tendrá consecuencias en la concepción de las bibliotecas. El libro electrónico, la preponderancia de las nuevas tecnologías nos obligan a buscar fórmulas para seguir siendo útiles, encontrar nuestro sitio de nuevo. Estoy segura de que lo lograremos y sabremos responder a este nuevo reto.
¿Sigues manteniendo la ilusión y la vocación que te atrajo hasta la profesión de bibliotecaria?
No solo la mantengo, sino que se ha ido acrecentando año tras año. Trabajar en difundir algo que amas es gratificante y enriquecedor. Hace poco montamos una exposición de libros bajo el epígrafe de “Las palabras sanan”, porque realmente la lectura cura, engrandece, cultiva… Cuando se conocen los beneficios de la lectura, trabajar por difundirla es realmente un servicio público. Y saberse útil es la clave de la ilusión.
¿Ha habido algo que te resultase frustrante en estos años? En caso de ser así, explica por qué y qué soluciones podría tener.
La campaña de desprestigio hacia el funcionario público que estamos sufriendo por intereses políticos. Hemos conseguido nuestros trabajos acreditando una preparación profesional, cobramos sueldos modestos en la mayoría de los casos y trabajamos en servicios directos al ciudadano. Es absolutamente injusto y frustrante el menosprecio del que hacen gala algunos que están en su puesto por medios menos evaluables profesionalmente. Si opositaran también ellos y cobraran lo mismo, quizás hablasen de otra manera. Es una reforma necesaria y espero que la consigamos.
Personalmente, y con la experiencia adquirida en este tiempo, ¿qué cosas cambiarías en caso de poder?
Me gustaría cambiar la visión de la cultura como un lujo. La cultura, el libro, las bibliotecas, son piezas fundamentales en una sociedad desarrollada.
La cultura, el libro, las bibliotecas, son piezas fundamentales en una sociedad desarrollada
¿Cómo afrontas los retos para el futuro de esta biblioteca? La llegada del libro electrónico, la falta de presupuestos, de personal, etc.
El libro electrónico, al igual que Internet en su día, no son enemigos de las bibliotecas. Simplemente demandan cambios. En algunas ya existe el préstamo de libros electrónicos, la descarga gratuita. Es solo cuestión de tiempo.
En cuanto a la escasez de presupuesto, el remedio es el mismo que en cualquier otro sector: la crisis se salva con ilusión y solidaridad.
Me gusta decir que la falta de medios materiales es como la rana que se convirtió en príncipe: la colaboración, necesaria por este motivo, ha resultado ser la joya más preciada. La implicación que genera en los usuarios es un beneficio mayor.
De hecho, la colaboración que existe en esta biblioteca es nuestro mayor orgullo. No lo cambiaría por nada.
(11 de julio 2014)