El fondo antiguo de la Biblioteca Municipal de Vegadeo está constituido por las donaciones de dos ilustres familias veigueñas: los Cotarelo y los Villamil. No se conoce con exactitud en qué momento fueron legados los libros a la Biblioteca pues ni figuran inventariados en el libro registro de entrada de obras ni se conserva documentación alguna de las donaciones, sin embargo, podemos conjeturar que, teniendo en cuenta las fechas de las obras más modernas, no pudo ser antes de 1960, aproximadamente.
El fondo está formado por 464 títulos y su antigüedad es apreciable si pensamos que 36 de ellos son anteriores a 1801 y el grueso lo constituyen libros editados en el siglo XIX. El más antiguo es un ejemplar de Retrato del verdadero sacerdote y manual de sus obligaciones editado por Juan García Infançon, en Madrid, en el año 1704.
Aunque las familias donantes de los libros contaban entre sus miembros con ilustres escritores y profesionales del derecho, no son sus obras lo que nos han legado. O al menos no lo son de manera importante. Apenas siete títulos a cargo de Don Emilio Cotarelo Mori y cinco a cargo de su hijo Don Armando Cotarelo Valledor. No, se trata más bien de sus libros de consulta profesional en unos casos, o de sus libros de divertimento en otros; y, en muy buena medida, de libros dedicados a cultivar su fe y sus creencias, sobre todo en el caso de la familia Villamil.
Si observamos su clasificación por materias comprobamos que los más representados son los libros de literatura –española y francesa principalmente–. Siguen los de ciencias sociales: muchos de derecho y cuestiones administrativas, primando los relativos al régimen local. Y en tercer lugar los de religión, sobre todo libros de horas, devocionarios y las recurrentes lecturas piadosas.
En cuanto a autores, aparte de los Cotarelo ya citados, hay interesantes presencias y grandes ausencias. Fermín Abella, tratadista de derecho administrativo, tiene una muy importante presencia de títulos, el que más. También Emilio Castelar tiene algunos. No hay nada de los clásicos griegos. Ni de Ovidio, pero sí de Horacio, Virgilio o Cicerón.
Nada de Petrarca, pero sí de Dante. No está Juan de la Cruz, pero sí Teresa de Jesús. No está la novela picaresca pero sí Calderón de la Barca, Lope de Vega, Tirso de Molina, Larra… Bastante bien representado Cervantes. Nada de Shakespeare o Molière. Hay algo de Palacio Valdés, nada de Campoamor. Algo de Alejandro Dumas, lo mismo que de Menéndez Pelayo… por citar sólo algunos de los clásicos más conocidos.
El estado de conservación de los ejemplares es desigual. Algunas piezas de la segunda mitad del XIX están en magnífico estado, tanto externamente como en su foliación. En líneas generales se conservan bastante bien los encuadernados en pasta española; también los de formatos pequeños. En cambio los formatos grandes y los encuadernados en cartón o piel están por lo general muy necesitados de tratamiento y restauración.
El interés de la colección quedó reconocido por la concesión del Premio Padre Patac de Bibliografía y Archivística 1994 al catálogo bibliográfico realizado por Inmaculada Iglesias Zapico y Félix Menéndez González; trabajo que fue publicado dos años después por el Ayuntamiento de Vegadeo con el título Catálogo de los legados de las familias Cotarelo Villamil y que puede encontrarse en cualquiera de nuestras bibliotecas públicas. El Catálogo es un perfecto instrumento de descripción de las obras y de las particularidades de cada ejemplar, y permite conocer el contenido del fondo con detalle, sin necesidad de acceder directamente a él. Acceso que atendiendo a las especiales características de antigüedad y procedencia de la colección se encuentra restringido a quien lo solicita por escrito expresando el motivo de la consulta. Y ello no en todos los casos. Hay que decir que tampoco son muchas las solicitudes, aunque sí de usuarios ciertamente cualificados en la mayoría de las ocasiones.
Se trata, en definitiva, de un lote de libros que contribuyen a la riqueza bibliográfica de Asturias desde su esquina más occidental y que hacen de la biblioteca que los alberga algo más que una biblioteca pública al uso.
(Publicado en Biblioasturias05)